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domingo,
11 de
septiembre de
2005 |
Sin control. A casi cinco años de sancionada la ordenanza, hay 55 estructuras fuera del macrocentro que no la respetan
La norma que regula las antenas sólo se cumple entre los bulevares
En los barrios hay torres que siguen en pie en escuelas y clubes debido a medidas interpuestas en la Justicia
Diego Veiga / La Capital
Cuando el 28 de noviembre de 2000 una torre de telefonía de 120 metros se desplomó en el club Banco Nación (Rondeau al 2900), concejales y funcionarios parecieron darse cuenta de que las normas que regulaban la instalación de esas estructuras no estaban del todo bien confeccionadas. Tuvo que suceder ese accidente, que le costó la vida a un operario de 25 años, para que sólo 48 horas después endurecieran las reglas y extremaran los controles. Hoy, casi cinco años más tarde, esas normas se cumplen en el centro, pero por fuera de los bulevares las cosas cambian: todavía quedan 55 antenas que no se ajustan a los requisitos que estipulan las ordenanzas.
En rigor, y si lo que se busca es adecuar esas estructuras a las normativas vigentes, la premisa resulta por demás de difícil de cumplir. Es que la ordenanza, sacada a gran velocidad y con las imágenes del accidente todavía frescas, estipuló que "la distancia mínima entre el elemento a colocar y los límites de los predios linderos será igual a la altura del elemento colocado más cinco metros". Pasándolo en limpio, una antena de 30 metros deberá tener libre entre su soporte y la medianera del predio lindero, 35 metros. Y en Rosario es difícil conseguir terrenos amplios sin nada alrededor. En fin, una tarea difícil.
"Debimos haber sido más rígidos. Actuamos ante el lucro de empresas que instalan estructuras que no colocan en otros países", admitió por el 30 de noviembre de 2000 en plena sesión un concejal, en lo que fue un claro mea culpa a horas de desatado el accidente del club Banco Nación. La antena que cayó esa mañana estaba instalada en la misma manzana donde funciona un jardín de infantes.
La tragedia desató innumerables pedidos de informes y dos días más tarde se sancionó una norma más restrictiva. Así, la ordenanza 7.122 estableció, entre otros puntos, que "la separación mínima entre cada elemento, cualquiera sea su tipología, montados sobre edificios o cualquier tipo de estructura de soporte será de 800 metros (400 metros de radio)", al tiempo que prohibió la instalación de esas torres "en inmuebles donde funcionen establecimientos educacionales, clubes, instituciones intermedias, centros de salud y cualquier otro ámbito de concurrencia masiva y/o habitual de público".
Hoy, cinco años después, las torres todavía están instaladas en dos clubes, una estación de servicios, una universidad privada y hasta una escuela donde también hay una iglesia.
En todos los casos, excepto la estación de servicios, las estructuras siguen en pie merced a medidas cautelares interpuestas ante la Justicia por parte de las empresas de telecomunicaciones. Y es en ese ámbito donde el municipio libra su batalla.
Según explicó el director de Obras Particulares del municipio (repartición que tiene a su cargo llevar adelante el control de la ordenanza de antenas), Eduardo González, "en la zona comprendida entre bulevar Avellaneda, 27 de Febrero y el río Paraná -donde sólo está permitido colocar antenas en terrazas de edificios- casi el 90 por ciento de las estructuras cumple con lo que determinan las ordenanzas".
Por los barrios
La situación difiere bastante por fuera de los bulevares. "Readecuar los monopostes de telefonía es más difícil en los barrios por una cuestión netamente técnica", consideró González, al tiempo que explicó que "las ondas que emiten las antenas necesitan una línea recta horizontal, de estructura a estructura, para transmitir sin que haya interferencias".
"En el centro, donde hay edificios, esto no genera ningún problema, pero en los barrios la cosa se complica", detalló.
En la vereda de enfrente, el integrante del grupo Alerta Antenas (entidad que nuclea a vecinos que se oponen a la instalación de soportes de telefonía), Esteban Villalba, disparó sus críticas contra el municipio. "Evidentemente los funcionarios son más permeables a los pedidos de las empresas que a los de los vecinos que reclamamos seguridad", sentenció.
A su entender, las reglas actuales "nada más apuntan a que las telefónicas puedan cubrir el servicio. Están apostando a la suerte y ya se cayeron dos antenas", remarcó.
Para este grupo de rosarinos, las firmas de telefonía "no quieren invertir en tecnología. La situación de las antenas es muy irregular y tiende a empeorar", consideran.
De acuerdo a información oficial a la que tuvo acceso este diario, en al menos dos clubes (Social Zona Sur y Tiro Suizo), una estación de servicios (San Martín 3781), una universidad privada (Pellegrini 1618), y una iglesia y escuela (Saavedra 2100), las torres de telefonía siguen instaladas a pesar de que está prohibido.
La razón de que sigan allí hay que buscarla en la Justicia, ya que a excepción de la estación de servicios, el resto tiene interpuestas medidas cautelares. Las interpretaciones legales también explican por qué hay una antena en una estación de servicios, que podría considerarse un lugar de concurrencia "habitual de público" (y por lo tanto prohíbido por la ordenanza).
"Hay un dictamen del área jurídica que determinó que la estación no constituye un ámbito de concurrencia habitual de público. Allí la gente llega, carga combustible y se va, por lo que generalmente está unos diez minutos", explicó González.
Por estas horas, el municipio y técnicos universitarios trabajan en la confección de un programa de readecuación de las estructuras que están por fuera de los bulevares.
"El programa será presentado a las empresas para que reordenen toda esta situación por fuera de los bulevares, ya que en el centro prácticamente está todo normalizado", adelantó González.
Para el funcionario, en Rosario "se avanzó bastante con respecto a este tema. Hace tres años las empresas directamente ni nos escuchaban, en cambio ahora ya han readecuado sus estructuras en el área central y estimo que en un año y medio también lo harán en el resto de la ciudad", consideró.
Desde Alerta Antenas, Villalba no se mostró tan optimista. "Esto es un viva la pepa. Todo lo que se avanzó fue a partir de recursos de amparo presentados por los vecinos, que luego de duras batallas judiciales determinaron el desmantelamiento de algunas antenas", aseguró.
A su entender, "la ordenanza no se cumple y encima se pregona que la telefonía celular anda mal por falta de antenas. Esto seguramente empeorará la situación", vaticinó.
Lo cierto es que a casi cinco años de que se sancionara la ordenanza, la situación en los barrios no es tan diferente de lo que se vivía en el 2000.
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Fotos
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Una torre de Nextel se levanta en el club social Zona Sur.
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