|
domingo,
21 de
agosto de
2005 |
El cantautor llega a Rosario el próximo fin de semana
Palito Ortega: "Arrepentirse es muestra de frustración
y yo creo que viví cosas extraordinarias"
El artista tucumano dijo que volvió porque mucha gente quiere seguir escuchando
sus viejas canciones
José L. Cavazza / Escenario
Palito Ortega está de gira por Bolivia, Perú y Uruguay, y el próximo viernes llega a Rosario para presentarse en el teatro Broadway. Desde un hotel de Santa Cruz de la Sierra habló extensamente con Escenario y, a pesar de admitir de que no le gusta dar explicaciones "porque se pierde demasiado tiempo", habló de su salto a Buenos Aires desde su Tucumán natal, de su paso por la política, de las denuncias que lo vincularon al narcotráfico, del amor a sus hijos y hasta de su sobrina Luciana Salazar. Al final confesó que no hay nada de qué arrepentirse. "Sería como una muestra de frustración y yo creo que viví cosas extraordinarias", dijo.
-¿Hoy el público es distinto?
-En realidad, yo no noto una marcada diferencia en el público, porque la gente que va a mis conciertos quiere escuchar las canciones que ya conoce. Lo curioso es que hay mucha gente joven, una generación que no había nacido en aquella época, y sin embargo... Puede ser que la permanencia de mis películas en la televisión de Latinoamérica actualice de algún modo aquellas canciones. Creo que hay un verdadero revival, por lo tanto, mi show no varía demasiado de lo que fue en aquella época. Estoy haciendo una gira realmente fantástica.
-¿Cree que en Argentina la gente quiere escuchar aquellas canciones de El Club del Clan o necesita otra cosa?
-Ocurre más o menos lo mismo. Hay público para todo, porque Sandro llenó muchísimos teatros con un repertorio de aquella época. Por esto, existe el canal Volver, porque hay gente que quiere volver a escuchar nuestra música o ver películas de aquellos años, y es fundamentalmente el público que va a nuestros conciertos.
-Y aquella "felicidad" de la canción, ¿era sólo un invento?
-Mis canciones siempre fueron muy simples. Nunca me gustó escribir tres palabras para significar una. Si yo tenía que decir "la felicidad" decía "la felicidad"; no hablaba de un estado de ánimo que me llevaba a despertar una sonrisa porque... no no, y si decía "yo tengo fe" era también eso lo que quería decir. Muchos esperaban quizá otra cosa porque tenían otro vuelo, pero yo soy un hombre de pueblo y mi lenguaje es el popular. Cuando escribí "La felicidad" realmente la sentía, y era una canción muy simple, algo, sin embargo, muy difícil de hacer. Y si mis canciones no fueran tan populares no se cantarían como se cantan en tantas manifestaciones, canchas, colegios e iglesias. Ahí están y por algo será que están.
-¿Cree que se puede volver de la política y ponerse a cantar otra vez, sin pagar costo alguno?
-Creo que no hay nada que explicar. Se pierde mucho tiempo explicando, lo que hay que hacer es ir a la acción. Yo siempre fui de mirar para adelante y de no andar pidiendo que me aplaudan por tal cosa y que me perdonen por tal otra.
-Pero no se puede obviar la historia, ni separar el Ortega cantante y empresario del político de los 90...
-Eso es cierto. Como decía Ortega y Gasset, "yo y mi circunstancia". Eso somos. No soy un hecho aislado de alguna etapa de mi vida. El Leonardo Favio de "Fuiste mía un verano" y de "Crónica de un niño solo" es el mismo hombre. Lo importante es que en el momento justo uno decidió no quedarse en la estación y se subió al tren de la vida. Ahí pasamos a ser nuestro viaje, que no es tan largo tampoco, pero tiene diferentes niveles y estaciones, y felizmente cuando uno llega a la terminal y mira hacia atrás ve que el recorrido no ha sido en vano.
-¿Se arrepiente de algo en su paso por la política?
-No hay que arrepentirse de nada. El arrepentimiento es como una muestra de frustración, y yo creo que viví una experiencia única, con cosas extraordinarias, porque agarré una provincia con una mortalidad infantil del 26 por mil y nosotros la bajamos al 22 por mil. Estoy orgulloso de muchas cosas que hice y del ser humano que soy; un hombre que se equivocó muchas veces pero también con cosas positivas. Lo que pasa es que la política no te va a reconocer nunca lo que hacés a favor de la gente, y siempre se va a difundir lo malo, y van a tratar de ensuciarte... como ocurrió con el tema del Senado.
-Es cierto, cuando supe que estaba en Santa Cruz de la Sierra, quise saber a través de Internet qué estaba usted haciendo en Bolivia, pero en Google sólo saltaron viejas informaciones relacionadas a aviones seguidos de cerca por la DEA que despegaban de Santa Cruz, artículos vinculados a denuncias contra usted por narcotráfico...
-Imaginate que de ser cierto no podría ir más a Colombia, a Bolivia, a Miami... A mí nunca me salpicó ese tema. Lilita Carrió tenía una información que nunca pudo probar, y que decía que un policía le había dicho que, aparentemente, el cartel de Juárez colaboraba con la campaña de los candidatos justicialistas. Esa era la versión. Ahora, evidentemente yo era en ese momento uno de los candidatos con Duhalde, y, aunque no manejaba los fondos de la campaña, nunca supe que se haya recibido un centavo de ningún lado y menos del cartel de Juárez. Después la cosa quedó en la anécdota. Llegué ayer (martes último) acá y no he hecho otra cosa que dar entrevistas, ensayar para el concierto y comprobar el amor hacia uno de la gente en la calle.
-Sus hijos tienen un perfil bastante rebelde, ¿no?
-Sebastián, más que nada. Aunque no es una rebeldía sin causa.
-¿De dónde viene esa veta rebelde?
-(Duda, balbucea) Quizá de mí, aunque yo lo haya manifestado de otra manera. A mí me rebela mucho la injusticia. Ellos, mis hijos, son los hijos que uno quiso tener.
-¿Y la sobrina Luciana (Salazar)?
-(Risas) Desde muy chiquita quería lucirse. No sé si Luciana es lo que se propuso, pero seguro que es lo que la gente quiere que sea.
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
"Cuando miro hacia atrás veo que el recorrido no fue en vano", aseguró Ortega.
|
|
|