Informe de Periodismo Social. En la Argentina, el nivel inicial de la enseñanza es obligatorio desde los 5 años, pero no siempre se cumple

Un millón de niños sin jardín de infantes ni preescolar

La etapa es fundamental para el desarrollo intelectual, emocional y posterior desempeño escolar de los chicos

La mitad de los niños de entre 3 y 5 años espera que el Estado le garantice su acceso a la educación. Pese a que el nivel inicial, más conocido como el jardín de infantes, es fundamental para el desarrollo intelectual, emocional y para el posterior desempeño escolar, y que el preescolar es obligatorio hace más de una década, alrededor de un millón de chicos en el país está fuera de la educación inicial, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Educación de la Nación. El análisis se desprende de un informe preparado por Periodismo Social.

Según el informe, ninguna jurisdicción del país tiene servicios educativos suficientes para asegurar la inclusión de todos los chicos en la sala de 5 de años. En las salas de 3 y 4 la escasez de servicios públicos es todavía más pronunciada y cuanto menores son los ingresos de las familias de los niños, menor es la tasa de asistencia de sus hijos al nivel inicial, de acuerdo con los mismos datos oficiales, de 2003.

La educación inicial comprende diversas modalidades de educación y aprendizaje destinadas a los niños desde las primeras semanas de vida hasta su ingreso en la escuela primaria. En la Argentina tiene dos ciclos: el jardín maternal (desde los 45 días a los dos años inclusive) y el jardín de infantes (entre tres y cinco años).

La oferta educativa para los niños y niñas previa a su ingreso a la educación primaria experimentó en la Argentina un crecimiento importante en las últimas dos décadas. La sala de 5 años registró un aumento del 14 por ciento en la década 1991-2001, acompañando una tendencia mundial, pero aún se está lejos de revertir la situación de desigualdad educativa.

"Se hicieron muchos esfuerzos para asegurar la cobertura en la sala de 5 años, pero aún son insuficientes. La región del NEA fue la que registró el mayor incremento de las tasas de escolarización, un 30 por ciento pero sigue ocupando el peor lugar en el contexto nacional", dice Elena Duro, oficial de Educación de Unicef Argentina.

El acceso a la educación en esta etapa de la vida de los niños constituye un derecho fundamental y representa una posibilidad irrepetible (es el único nivel educativo que no puede hacerse a cualquier edad) de aprendizajes sociales, culturales, emocionales, intelectuales y físicos.

Patricia Miranda, coordinadora del equipo de nivel inicial del Ministerio de Educación, señala que "la educación inicial tiene valor en sí misma y además repercute en el desempeño escolar. Muchas investigaciones dan cuenta que los chicos que no cursaron el nivel inicial e ingresan directamente en la primaria tiene más posibilidades de fracaso escolar que los que sí lo hicieron".

Pero el promedio de la cobertura de servicios educativos públicos en todo el país para los chicos de 5 años es del 91 por ciento y en algunas provincias no llega al 70.

El dato indica que la obligatoriedad de la sala, establecida por la ley federal de educación (1993), no fue acompañada por la oferta de servicios educativos públicos que garantice a todos los niños de 5 años el acceso al nivel. La cobertura para las salas no obligatorias, en particular para 3 años, es aún más insuficiente y una tarea pendiente: las tasas de asistencia para el total país para 3 y 4 años son de 15 por ciento y 44 por ciento respectivamente, según datos del Ministerio de Educación de la Nación.

Esta situación esconde, a su vez, una profunda desigualdad entre las diferentes regiones del país respecto a la asistencia de los chicos al nivel inicial, agravada por el proceso de empobrecimiento de la población durante la última década, que afectó gravemente las condiciones de vida de los niños.

Sobre unos dos millones de chicos que tienen entre 3 y 5 años, un 63 por ciento es pobre y dentro de este grupo, aproximadamente un 30 por ciento vive en la indigencia.

El Centro y el Sur son las regiones con las tasas de escolarización más altas y el nordeste la que registra los indicadores más preocupantes, según los últimos datos disponibles de 2003. Para ese mismo año, en el nordeste el 84 por ciento de la población entre 3 y 5 años era pobre y el 51 por ciento indigente. En este triste ránking el NEA también es la región que tiene los índices más elevados de población mayor de 15 años que no completó la escolaridad primaria.

Misiones es la provincia que registra los valores más bajos en la cobertura del preescolar: el 67 por ciento. Esto significa que uno de cada 3 chicos de 5 años en Misiones no va a la escuela, aproximadamente 31.000 chicos en toda la región. En contraste, la Ciudad de Buenos Aires tiene una de las tasas de asistencia más altas, con el 95 por ciento, junto con Tierra del Fuego que tiene 97 por ciento. Para los últimos tres años del nivel, en Misiones la cobertura lograda es del 36 por ciento mientras que en la Ciudad de Buenos Aires es del 83.


Menos ingresos, menos asistencia
Cuanto menores son los ingresos de las familias, menor es la tasa de asistencia de sus hijos al nivel inicial y el ingreso al jardín de infantes es más tardío, por lo que transitan menos años en las instituciones educativas, advierten los especialistas consultados.

"Mientras en los hogares bajo la línea de pobreza la asistencia es del 47 por ciento, en los demás hogares pasa a ser del 60 por ciento. Esta diferencia, a su vez, se acentúa a medida que decrece la edad. La diferencia más grande está en el grupo de 3 años, porque para esa edad, la probabilidad de que un niño nacido en un hogar no pobre asista a la escuela es de más del doble que la de un niño que nace en un hogar bajo la línea de pobreza", explica Verona Batiuk, de la Dirección de Gestión Curricular y Formación Docente del Ministerio de Educación de la Nación.

La educación en los primeros años posibilita que los niños aprendan a compartir, a dialogar y comprender a otros niños; a participar en grupos conducidos por figuras adultas que no pertenecen a su grupo familiar; pueden descubrir y potenciar sus posibilidades de expresión verbal, corporal y plástica y adquirir seguridad para pensar y actuar, entre muchas otras cosas.

Estos aprendizajes no deben pensarse sólo en función de la escolaridad primaria, aunque contribuyen positivamente a ella, sino también de los aportes para el desarrollo integral del niño, en esos años de su vida.

Varios informes internacionales advierten que los alumnos que acceden a la educación inicial tienen menos probabilidades de repetir los primeros años de la educación primaria, superan en promedio mejor su escolaridad que los demás, siguen estudios más largos y se insertan mejor en el futuro.

La educación inicial también tiene un rol clave para la igualdad de oportunidades porque ayuda a superar los obstáculos de un entorno social desfavorable y facilita la integración.

Verona Batiuk señala también que "el desarrollo del nivel en Argentina en comparación con otros países de América Latina no es malo, pero esto es así porque nos diferencia la amplia cobertura que hay en Ciudad y provincia de Buenos Aires, no si se considera la situación del país en su conjunto".

La Argentina tuvo históricamente un buen desarrollo del nivel inicial pero la crisis que terminó por desencadenarse a fines de 2001 dio vuelta el panorama. La desigualdad y la exclusión, que afectan a la mayoría de los niños y al ejercicio de sus derechos, también se extendieron al sistema educativo.

En Santa Fe el 98% de los chicos de 5 años está en el nivel inicial.