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miércoles,
17 de
agosto de
2005 |
Un hecho
condenado a
perpetuarse
Claudio Giglioni (*)
Estamos ante uno de esos acontecimientos destinados a perpetuarse en la memoria pasional de nuestro pueblo. Las coordenadas del destino determinaron que se produzca un choque que hasta hace poco estaba reservado sólo en el plano de las utopías. Los resultados del fin de semana dejaron a ambos envalentonados, con la moral deportiva elevada.
En lo futbolístico Newell's mostró cosas muy interesantes en lo táctico, pero que se encuentran en un lógico croquis de primera orientación. Por lo tanto su juego ha transcurrido más en la intención que en la concreción, igualmente cuenta con un caudal de experiencia en alguno de sus valores que puede resultar decisivo en este tipo de cotejos. Juvenal Olmos deberá pulsear con el implacable reloj del fútbol y acelerar los tiempos de adaptación, porque el clásico está a la vuelta de la esquina. La ausencia de Villar se presenta como el principal signo de interrogación en el firmamento leproso, más allá de lo que pueda dar Marcos Gutiérrez.
Central cuenta como principal bandera la actitud grupal y el hecho de ser el mismo equipo desde hace más de un año. Cuffaro Russo, heredero táctico designado por "el Angel de la guarda canalla", deberá plantear los dos cotejos a partir de lo que produzca Central y no acentuar tanto la estrategia por de las virtudes ajenas. Tiene potencial para atreverse a más, sobretodo con la dinámica que le imprimen los pibes en ofensiva.
La gloria está reservada para los que se atreven a soñar en grande y se comportan como tal, por eso más allá de todos lo análisis, a la hora de la verdad prevalecerá aquel que imponga colectivamente personalidad y coraje deportivo.
Como rosarinos tenemos el compromiso de mostrarle al mundo la fiesta pagana más intensa que se pueda presenciar por estos días. Por eso es un desafío de todos llevar esta justa a buen puerto. Siendo conscientes de que uno beberá el rubio champán y el otro quedará con la ñata contra el vidrio.
La única derrota que no tendrá revancha es si impera la violencia. El mundo no se termina en un clásico, la vida continuará, pero estamos ante la gran oportunidad de regalarnos una verdadera fiesta que le permita a los chiquilines de hoy, cuando tengan plateadas las sienes, contar mil veces la historia del día que nuestro clásico fue el ombligo del mundo.
(*) Comentarista de LT3
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