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miércoles,
17 de
agosto de
2005 |
Inspecciones y sanciones a una aerolínea en crisis
La nave que cayó había perdido parte de la cola en un vuelo, en julio. Otro accidente de la firma costó ocho vidas
John Ospina, vocero de la aerolínea colombiana West Caribbean, admitió que el avión siniestrado ayer perdió parte de su cola el mes pasado. El incidente había ocurrido a principios de julio en un vuelo que se dirigía de Bogotá a la zona cafetera. Pero, afirmó que el avión aterrizó sin problemas en Pereira y añadió que los pilotos se enteraron de que habían perdido esa parte del avión mucho después del incidente.
Explicó que la función del cono de la cola es mejorar la efectividad del combustible y su aerodinámica y que no estaría relacionado con los problemas que pudieron ocasionar el accidente.
Carlos Eduardo Montealegre, director encargado de la Aeronáutica Civil, confirmó que West Caribbean había cumplido con todos los requisitos antes de que el aparato despegara de Colombia.
"Los aviones deben cumplir con todas las reglamentaciones en el aspecto técnico que requiere la Aeronáutica Civil. Ese avión cumplía con esa especificación técnica", dijo Montealegre.
Por su parte, el ministro de Transporte francés, Dominique Perben, dijo ayer que el avión caído había sido inspeccionado en su país recientemente sin que detectaran problemas. "Fue chequeado dos veces por los servicios locales del Dgac (la autoridad de aviación civil francesa). Esas dos inspecciones no produjeron ninguna observación particular", aseguró. A comienzos de enero de 2005 debió enfrentar una multa de unos 46 mil dólares por "una grave violación a la seguridad aérea".
"La West Caribbean ha tenido varias sanciones por sobrepeso y por algunas inconsistencias en el entrenamiento de sus tripulaciones", señaló.
A fines de marzo último, un avión Let L-410 de fabricación checa y operado por la misma aerolínea se accidentó al decolar en la isla colombiana de Providencia, dejando ocho muertos.
Luego, las autoridades aeronáuticas colombianas paralizaron durante varias semanas las operaciones de West Caribbean para obligarla a que sus aeronaves se sometieran a controles técnicos y de mantenimiento.
West Caribbean, fundada en 1998 y con sede en la ciudad de Medellín, cubre rutas en el archipiélago de San Andrés y Providencia -Caribe colombiano-, el interior de Colombia y en Centroamérica.
La firma, que emplea a 545 personas y cuenta -luego del accidente- con una flota de ocho aeronaves (siete en mantenimiento y una operativa), fue sancionada por la Aeronáutica Civil por violación a la seguridad aérea en aspectos como falta de entrenamiento a la tripulación, incumplimiento en el chequeo de rutas y aviones.
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