Un hombre que mató a su novia porque lo denunció fue condenado a 18 años

Un hombre fue condenado ayer a 18 años de prisión por la Justicia de La Matanza que lo halló culpable de haber asesinado en febrero de 2003 a su ex novia, una estudiante universitaria y profesora de patín que había pedido ayuda en vano a la Justicia porque su pareja la amenazaba de muerte.

Walter Manolo, un gomero de 35 años, fue condenado por el homicidio simple de su ex pareja, Sandra Reiter, de 25, quien era profesora de patín y además estudiaba Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de La Matanza.

El Tribunal Oral Criminal 3 de La Matanza consideró probado, en un fallo unánime, que fue Manolo quien el 15 de febrero de 2003 asesinó de un disparo por la espalda a Reiter en una casa del barrio Los Pinos, del partido de La Matanza.

Tras la lectura de la sentencia, los familiares de la profesora expresaron su indignación en la sede del tribunal ubicado en Mendoza 2417 de San Justo, ya que esperaban que Manolo sea condenado a reclusión perpetua como habían pedido la fiscalía y su abogado querellante, Miguel Racanelli.

Para la condena, los jueces consideraron de suma importancia las declaraciones de dos testigos del crimen: la hermana y el cuñado de la víctima: Lorena Reiter y su novio Jorge Zanotto. El 15 de febrero de 2003 ambos estaban presentes cuando Sandra fue baleada por su ex novio en la casa del barrio Los Pinos.

Al relatar el hecho ante el tribunal, Zanotto dijo: "Vi cómo Walter entraba con un arma, le grité... ¡No Walter, no hagas una locura! A pesar de nuestros ruegos, le pegó un tiro a Sandra y luego se marchó sin decir palabra".

Según indicaron los testigos en el juicio, Manolo se subió en cuclillas a la espalda de su ex novia y mientras ella estaba llorando le disparó.

Reiter fue llevada al Hospital Posadas, donde en el lapso de una semana le practicaron dos intervenciones quirúrgicas debido a la gravedad de la herida (la bala afectó médula ósea y quedó alojada cerca del corazón), hasta que falleció el 24 de febrero.

Dos semanas después sus familiares recibieron anonadados la notificación de que la Justicia de La Matanza no encontraba motivos para investigar las amenazas. (Télam)