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miércoles,
17 de
agosto de
2005 |
Novedades
Los hijos de Mercedes y AMG ya pisan suelo argentino
El grupo DaimlerChrysler importa al país su familia de modelos preparados con la genética deportiva desarrollada en las carreras. Su performance es tan elevada como sus precios
Todos los amantes de los autos de alta performance suspiran al ver la sigla AMG, estampada siempre en las versiones especiales de los modelos de serie de Mercedes Benz. En el marco del último Salón del Automóvil de Buenos Aires, la casa alemana aprovechó para presentar a dos de sus AMG y además anunciar el inicio de la comercialización en el país de toda su gama con esta denominación.
El dream team con la estrella de tres puntas en el capot se compone de las versiones AMG de los modelos CLK coupé y cabrio, CLS, E, SL roadster, SLK, CL y C 55 AMG.
Todos los modelos que componen esta gama vienen con motores nafteros V8, que difieren levemente en las cilindradas según cada uno y con un rango amplio de potencias (ver ficha). Además, se diferencian de sus hermanos no AMG en detalles estéticos y nivel de equipamiento.
Pero para entender el significado cabal de la sigla AMG, bien vale primero repasar la historia de esta división. La marca AMG nació hace 38 años como una firma especializada en motorsport y tuning, y creció hasta convertirse en un proveedor de automóviles exclusivos de alta performance que hoy ofrece un amplio rango de modelos.
Fundada en 1967, AMG debe su nombre a las iniciales de sus socios fundadores: Hans Werner Aufrecht (A) y Eberhard Melchor (M), más el lugar de nacimiento de Aufrecht: Grobaspach (G) en Alemania.
Los modelos Mercedes Benz-AMG se destacan por su diseño, ergonomía, materiales y terminación, tanto en su exterior como en el interior. Cada detalle es optimizado desde el punto de vista funcional, realzando la deportividad del vehículo.
A pesar del progreso técnico y de emplear las más modernas instalaciones en el desarrollo y producción, en Mercedes Benz-AMG también se realizan tareas de manera artesanal desde el primero al último tornillo utilizando el máximo rigor y profesionalismo en el trabajo de montaje y control.
Antes de desarrollar un nuevo modelo, se emplea mucho tiempo en preparación y estudio, por eso antes de iniciar la fabricación de un vehículo los especialistas empiezan un trabajo minucioso, con pruebas en los lugares más inhóspitos, sin escatimar medios para construir estos deportivos.
El éxito de AMG radica en que se difundió más allá de su primera etapa motorsport. Hacia la década del •70 los clientes comenzaron a desarrollar el gusto por una mayor personalización en sus automóviles, y la transferencia de lo deportivo a los automóviles fabricados en serie comenzó a formar parte de la filosofía de la compañía, desarrollando tecnología y calidad a partir de su experiencia en las carreras de autos.
La gran demanda de vehículos Mercedes Benz refinados llevó a un continuo crecimiento de AMG a tal punto que se vieron desbordadas sus instalaciones de la planta de Burgstall y se trasladó a Affalterbach en 1978, siempre en Alemania.
El impacto de la empresa quedó evidenciado claramente por primera vez en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 1981. En 1985, AMG inauguró su segunda fábrica seduciendo ya a clientes de todo el mundo. La firma ya contaba con importantes figuras del automovilismo, artistas, deportistas y adinerados de todo el mundo entre sus adeptos, atendiendo pedidos específicos de cada comprador.
Posteriormente, en 1990, se marcó el hito en la historia de AMG al firmar un acuerdo de cooperación con Daimler-Benz, mediante el cual los productos AMG podrían ser vendidos en los concesionarios de Mercedes Benz.
Esta continua expansión llevó a la apertura de una tercera planta en 1990, y en 1993 la empresa reveló el primer producto nacido de ese acuerdo: el Mercedes Benz C36 AMG.
En 1999, las acciones de AMG fueron incorporadas a DaimlerChrysler y esto permitió a la recientemente fundada Mercedes Benz AMG beneficiarse de los recursos del grupo germanoestadounidense y extender su presencia a nivel mundial.
Así, se le otorgó a esta altamente especializada subsidiaria la responsabilidad de los motores, transmisión, chasis, frenos, aerodinámica, interior, diseño, venta y márketing de los automóviles con la insignia AMG.
Motores V8 nafteros con cilindradas de entre 5.439 cc a 5.750 cc, y potencias de entre 367 CV y 500 CV se montan sobre distintos modelos con todas las carrocerías posibles, desde coupé, a sedán pasando por el cabrio.
Actualmente la producción de Mercedes Benz AMG ronda las 20 mil unidades anuales, y en el mundo se integran 16 modelos de autos de turismo de la familia Mercedes, a excepción del Clase M y el nuevo Clase A, de los cuales ocho están en condiciones de conseguirse en Argentina.
Como para mencionar algunos de los innumerables detalles de tecnología de estos autos, el CLS AMG posee un sistema de suspensión que regula automáticamente la altura del auto manteniéndola constante independientemente del camino y la carga que se transporte. Como opcional en Europa se puede pedir el sistema Airmatic DC con regulación microelectrónica de la suspensión y la amortiguación.
El SLK 55 AMG, en tanto, tiene el flamante sistema de cambios de siete velocidades 7G-Tronic, combinado con el AMG-Speedshift que agiliza el funcionamiento de la transmisión.
Los precios en Argentina van desde los 100 mil dólares del Clase C AMG hasta los 245 mil del CL, valores que colocan a estos modelos en la categoría de fierros para soñar para la inmensa mayoría de los mortales que habitan estas tierras del sur.
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Fotos
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Clase E 55 AMG.
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