María Paula Almirón analiza los casos de madres que matan a sus bebés

"Aquí el infanticidio es económico", dice una psicóloga que trabaja en Inglaterra

La psicóloga rosarina trabaja desde hace ocho años en el un hospital psiquiátrico inglés de máxima seguridad

Miguel Pisano / La Capital

"Aquí el infanticidio es económico", asegura la psicóloga rosarina María Paula Almirón, que trabaja desde hace ocho años como especialista en esta problemática en el hospital psiquiátrico de máxima seguridad Rampton de la ciudad inglesa de Sheffield, durante una extensa entrevista con La Capital en nuestra ciudad, donde estuvo de vacaciones.

"El infanticidio se da aquí (en Argentina) en mujeres de clase baja o media, que tienen cinco o seis hijos a los que no pueden darles nada de comer, a veces ni leche ni pan, con un nivel de estrés intolerable por la multiplicidad de trabajos y de roles que deben cumplir sostenidos en el tiempo, y que en algún momento se dispara", abunda la especialista, una flaca hiperlocuaz de 34 años apasionada por estas problemáticas, durante el segundo café de las tres horas de entrevista con este diario.

-¿El neonaticidio es un concepto clínico pero no una figura penal?

-Exactamente. La palabra neonaticidio se usa solamente para el entendimiento del fenómeno y su comprensión, pero no tiene una carátula legal ni tampoco es un diagnóstico clínico. La palabra neonaticidio es un término eminentemente descriptivo de un fenómeno muy específico. El neonaticidio es la muerte de un infante a manos de su madre, dentro de las primeras 24 horas de vida. Esta palabra comienza a aparecer en la bibliografía en 1968. Fue el primer intento de comprender la complejidad del fenómeno y de sistematizarlo. Pero no es una figura penal, menos aún en la Argentina desde que fue derogado el infanticidio en 1995, por la presión de la defensa de los derechos del niño.

-¿El neonaticidio es un drama típico de madres primerizas muy jóvenes o adolescentes?

-Tiene un perfil muy definido, aunque las conductas pueden ser muy variadas y es muy difícil establecer categorías. En general el neonaticidio se da en madres jóvenes, a menudo adolescentes, que no acceden a ningún servicio de salud, ni siquiera un control con el médico.

-Rita Cerrudo, la chica de Paraná que mató a su bebé y fue absuelta por la Justicia, decía que no estaba embarazada sino que sólo "tenía un atraso".

-Eso es clásico: preguntarse si estará o no embarazada. Y la negación como mecanismo de defensa actúa de manera tan clara cuando entrevisto a estas mujeres que la semana pasada una de ellas me dijo: "Señora, si yo no pensaba, esto no me iba a pasar". Esa es la magia de la negación, esto es el efecto que produce la negación: cree que si no piensa en que está embarazada, ese embarazo va a desaparecer. Estas son chicas que ocultan su embarazo durante todo el tiempo y lo más curioso es que esta negación psíquica provoca un retardo de los síntomas del embarazo. Estas mujeres no tienen los senos hinchados de la embarazada, tienen un vientre chico, se produce un retardo de los síntomas biológicos del embarazo.

-¿Esta negación de la realidad guarda algún grado de parentesco con la posición de algunos sectores que se oponen a la educación sexual de los jóvenes? Hay un grupo de la Iglesia que sostiene que la campaña de información y anticoncepción del gobierno nacional va a anticipar el inicio sexual de los jóvenes.

-Es la misma negación pero a nivel macro. El inicio de la sexualidad depende del reloj biológico y de cuestiones sociales y ambientales, pero se va a dar: la diferencia es hacerlo con información y educación sexual o hacerlo de un modo totalmente instintivo.

-¿El neonaticidio es un acto cometido por una persona aislada?

-Una de las características del neonaticidio es que generalmente la mujer actúa sola y en las primeras 24 horas de vida. Y otra característica es que el medio por el que se produce la muerte es de omisión y no de acción, por la falta de cuidado.

-Estos casos, ¿pueden ser a veces un intento de aborto? Fernando Molinas, el abogado de Romina Tejerina, alegó que ella creía cometer un aborto.

-Es un tema que presentan muchas mujeres en las entrevistas: "Señora, yo creía que me estaba haciendo un aborto y estoy acusada de homicidio. ¿Usted no se conoce a nadie que se hizo un aborto? ¿Su amiga, su vecina, su tía? ¿Y están acá? ¿Y yo por qué estoy acá?", me dicen en las entrevistas. Que existe una Justicia de pobres y una Justicia de ricos es un eslogan tan usado que ya la gente deja de reaccionar. Pero la mujer que decide abortar primero reconoce la existencia del embarazo porque para decidir hacerte un aborto primero debés tener plena conciencia de que estás embarazada. Yo les pregunto a muchas chicas jóvenes si no contemplaron la posibilidad de hacerse un aborto y me lo niegan. Hablamos de una chica que tiene tal grado de negación que cree que si no piensa en el embarazo se le va a ir mágicamente. Y para hacerte un aborto hay un hacer, tenés que tener el dinero, ir, preguntar. En la mayoría de los casos esto no ha ocurrido, en otros sí pero no había dinero o era muy tarde.

-¿El neonaticidio es propio de sectores con menos posibilidades sociales, económicas y hasta afectivas?

-Creo que es propio de sectores con menos posibilidades de elegir y menos mecanismos de contención. El neonaticidio, como el infanticidio y el filicidio, tienen lugar en un contexto social y cultural. En un contexto social de aislamiento y en un contexto cultural donde la transgresión de haber quedado embarazada tiene un nivel altísimo en este conjunto de normas valorativa que la rodean, donde haber quedado embarazada es ¡terrible! Terrible para el padre, para la tía, para la vecina, para la escuela. Es un estrés intolerable, tan intolerable que hay que hacer de cuenta que no existe. Como me dijeron varias en Argentina y fuera del país.

-¿Estos casos son característicos de madres primerizas?

-Son chicas que paren solas, muchas de ellas primerizas y que ni siquiera reconocen los dolores de parto. Y otro fenómeno clarísimo es el de la disociación. Cualquier mujer que ha tenido hijos sabe del dolor físico tremendo que implica un parto. Yo me he quedado atónita cuando me dijeron que no tenían dolor. Paren sentadas en el inodoro, muchas porque les duele la panza y creen que van a defecar, y cae la criatura. Algunas hasta han apretado el botón, en un gesto terriblemente simbólico. Y en Europa muchas paren en la bañera, pero muchas no sienten dolor.

-¿La neonaticida suele estar disociada?

-Hay una disociación: se disocia la mente del cuerpo. La persona se ve a sí misma como si no fuera de ella, se ve en cámara lenta. No hay registro de dolor, pare sola, no tiene registro de dónde pusieron la placenta. Y te hablo de mujeres que he entrevistado una vez penadas, que no tienen nada que perder.

La especialista rosarina trabaja en un hospital psiquiátrico británico.