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sábado,
06 de
agosto de
2005 |
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Charlas en el Café del Bajo
-Sin embargo, mi amigo Candi, y siguiendo con la última parte de la charla de ayer, la veda no es para los periodistas, así que como no somos candidatos podemos seguir dando nuestra opinión política. ¿Qué me dice de las encuestas que han aparecido en los últimos días?
-Le propongo que en esta charla de hoy nos hamaquemos silenciosamente entre la política y la poesía, es decir entre la casa que han usurpado algunos demonios y la mansión de los ángeles. ¿Qué le parece?
-Dura tarea esa la de soplar sobre el barro para que cobre vida algo. Pero intentémoslo.
-Primero, respecto de las encuestas yo me quedo con la de la Universidad Abierta Interamericana. Escasa diferencia entre Ghirardi y Boasso en el Frente y Peressotti y Miatello peleando la punta en el justicialismo. Pero habida cuenta de la confusión que hay, el domingo, la verdad, puede pasar cualquier cosa. Pero en el cuarto oscuro uno está solo y entonces...
-Usted dice solo y viene a mi mente esa poesía que alguna vez... "Solo en el atardecer, solo en la aurora/ y esa soledad que me devora/ hasta dejar de ser...
-"Solo como el río,/ que es línea sin agua./ Como fuego, pero sin fragua,/ como tarde de estío...
-Tiene todo un significado eso de solo como fuego sin fragua.
-Es un poco lo que ocurre con el ser humano devenido ciudadano cuando el fuego del poder en vez de contribuir a la formación de su existencia es un fuego fatuo que arde para sí mismo, pero jamás para su representado, por eso, mi querido Inocencio, coincido con lo que usted dijo ayer: no habría que votar a los candidatos que hoy ocupan puestos ejecutivos. ¿Han demostrado acaso ocuparse del prójimo como debieran?
-"Solo de soledades,/ de cielos apagados,/ por capricho de dioses y de hados/ y por tempestades".
-A veces el ser humano está solo de soledades no sólo por el capricho de los dioses y de los hados, no sólo por las tempestades que abruman su espíritu, sino por la indiferencia que debe soportar por parte de aquellos que debieran dirigirlo a un destino de sosiego.
-"Así me siento a veces,/ cada vez que te llamo,/ cuando en la noche clamo/ y siento que estás y no apareces".
-Claro que este último pensamiento el autor del poema lo vincula con ese ruego, con esa súplica que el solitario lanza al cielo desde el rincón oscuro de la noche en que se encuentra. Es una rogatoria a Dios para que lo saque de esa soledad que le cala el alma. Es, claro, la desesperación de saber que Dios está, pero no actúa de acuerdo con la necesidad y la medida de tiempo del desamparado. Pero bien podría ser, también, el ruego de toda una sociedad que clama al líder que lo saque de la desprotección en que la ha sepultado.
-Un líder que a veces no escucha.
-Escucha, claro que escucha.
-¿Y entonces por qué no actúa de acuerdo al ruego y la súplica del pueblo?
-Creo que a veces por egoísmo, otras veces porque no sabe como actuar y otras veces, debemos conceder esa certeza, no puede actuar aunque quiere.
-¿Usted lo cree?
-Yo creo que hay gobernantes que deben tener una gran frustración porque aun cuando seguramente quieren hacer algo más de lo que hacen por el prójimo, que es su representado, no pueden hacerlo. No pueden hacerlo, Inocencio, porque debemos convenir que un gobernante no tiene todo el poder, ni siquiera en realidad si tiene la mayor parte del poder. Está limitado por factores de poder públicos y privados, locales y exóticos.
-Además de diversas circunstancias.
-Sí, además de diversas circunstancias, pero de todos modos no es posible no dejar de considerar y reconocer que un gran egoísmo dirige la mente de muchos líderes y por eso la soledad reina en el corazón de la sociedad.
-Es cierto. Hasta mañana.
Candi II
[email protected]
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"Hay sectores de la prensa que se esconden haciéndose los independientes y que en su momento defendieron a De la Rúa, y hoy a López Murphy, pero en 1976 pidieron la llegada de la dictadura militar"
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