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 sábado, 02 de julio de 2005  
A cinco años de la muerte del jubilado Luis Gino Iannotti
Revocan el procesamiento de una viuda negra por un crimen
Para la Cámara de Apelaciones, las pruebas para acusarla no son suficientes

María Laura Cicerchia / La Capital

En la causa por el homicidio del jubilado italiano Luis Gino Iannotti se insinuaba el rastro de la viuda negra rosarina Eva García. Pero la Cámara Penal evaluó que la marca de la conocida envenenadora en este caso era demasiado débil: el tribunal dejó sin efecto el procesamiento de la mujer al entender que la evidencia no alcanza para enviarla a juicio por el crimen. Así, si no surgen nuevas pruebas en su contra, lo más probable es que esta mujer que se hizo famosa por sedar ancianos para robarles logre esquivar la acusación más grave que le imputó la Justicia local.

Eva Leonor García, de profesión azafata o vendedora de ropa, según cómo responda al cuestionario policial, está ahora más cerca de quedar libre de reproche por la muerte del italiano Iannotti en su casa de la zona oeste de la ciudad. En el mes de febrero pasado, el juez de Instrucción Juan José Pazos la había procesado por el homicidio del jubilado. Consideró que un conjunto de indicios la colocaban en el centro de las sospechas.

Pero esa decisión fue cuestionada por el abogado de la mujer y le tocó revisar el caso a la Sala IV de la Cámara Penal. Los tres jueces que integran ese tribunal pusieron en la balanza qué datos la comprometían y cuales jugaban a favor de su inocencia. Y concluyeron que a las pruebas les faltaba consistencia para someterla a un juicio. Por esto, revocaron el procesamiento.


De vuelta al juzgado
La causa regresará ahora a su juzgado de origen, donde el magistrado deberá decidir cómo resuelve la situación de la imputada. Los camaristas le dejaron una sugerencia: si las pruebas no alcanzan para procesarla pero tampoco demuestran su inocencia, puede dictarle la falta de mérito, una medida intermedia entre el sobreseimiento y el procesamiento.

Esto no le permitiría a la célebre viuda negra recuperar la libertad en el acto. Es que está presa desde septiembre del año pasado, en La Plata, por el crimen de un ferretero al que engañó con una torta envenenada. Y además debe cumplir la condena a un año de cárcel que le impuso en diciembre de 2004 un juez local por dopar a una mujer y robar en su departamento céntrico.

Luis Gino Iannotti fue asesinado el 15 de abril de 2000 en su casa de pasaje Morse 2187 (Riobamba al 5400). Lo estrangularon con un cinturón. Al parecer, había compartido una cena con sus verdugos. Su hija estaba entonces en Italia visitando a su madre. En la casa no habían violentado aberturas, lo que reforzaba la idea de que quienes lo mataron lo conocían o se habían ganado de algún modo su confianza. La sombra de Eva García empezó a dibujarse sobre el caso cuando una vecina y su hija señalaron su foto en un álbum policial. Dijeron que esa mujer había estado rondando el barrio, "preguntando si conocían a un curandero domiciliado en el pasaje Morse".

En las causas en las que estuvo imputada por desvalijar a ancianos, el accionar de Eva García se distinguía por una misma modalidad. Se presentaba como agente previsional ante personas mayores que vivían solas. Se ofrecía a realizar trámites para ganarse su confianza, les colocaba algún somnífero en la bebida y cuando las ganaba un sueño profundo les desvalijaba la casa.

Casualidad o no, dos días antes de su muerte a Iannotti lo habían visitado dos mujeres que se presentaron como agentes previsionales. El abogado Norberto Olivares y la familia de la víctima siempre sospecharon que esas desconocidas tuvieron vinculación con el hecho. En tanto, un informe de la Tropa de Operaciones Especiales detectó numerosas irregularidades en la investigación de la seccional 14ª. Y una llamada sugestiva: el día del crimen telefonearon a la seccional desde el departamento que la viuda negra tiene en calle Pellegrini.

El comisario principal Carlos Alberto Vanelli era el subjefe de la 14ª cuando ese llamado sonó en la comisaría. El policía reconoció que, mientras detentó ese cargo, atendió más de una vez a Eva García por teléfono. La mujer -dijo- le manifestó que tenía información para una pesquisa y él la derivó a Seguridad Personal. Por esto existió algún grado de sospecha contra el oficial. El juez había dispuesto el archivo de las actuaciones, pero la Cámara Penal dijo que le corresponde resolver la causa.

Otro supuesto rastro de Eva García en el homicidio era una carta. Un escrito anónimo que estaba en manos de Nancy Basualdo, otra viuda negra que está presa y que compartió causas con ella. Esa nota se la había entregado a Basualdo otra conocida de Eva, Fanny Rosell, quien también fue procesada por el homicidio de un jubilado italiano. Lo último que se supo de Rosell es que escapó con Eva García de la cárcel de mujeres de Rosario en junio de 2002.

El texto, atribuido al principio a García, decía que a ella "la apretarían" por un homicidio en la zona oeste y que si hablaba "quedarían pegadas por años". Pero una pericia caligráfica no pudo comprobar que la letra le perteneciera la mujer de los ardides.

En suma, para la Cámara Penal, sólo se produjo un "encadenamiento de conjeturas y suposiciones" que apuntaron a Eva pero que no encontraron sustento en pruebas irrefutables. De la casa de Iannotti faltaron 4 mil pesos que estaban guardados en un tomo de la enciclopedia "Lo sé todo". Para los jueces, bien pudieron ser conocidos del jubilado quienes tomaran ese dinero en la última cena compartida. A cinco años de aquel crimen en el caso no hay otros imputados. De Eva García, queda sólo una sospecha.
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