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sábado,
02 de
julio de
2005 |
Mascotas> Weimaraner o Braco
El fantasma gris
Guillermo Rivelis y Yanina Mautone
En la ciudad de Weimar, Alemania, aproximadamente a partir de 1980 comenzó la crianza planificada de Weimaraner. El apodo de fantasma gris se debe a su forma de desplazarse para cazar sin casi delatar su presencia, sorprendiendo a la presa.
Es un perro de caza especialmente dotado para el cobro. Son fáciles de adiestrar y muy adaptables. En la actualidad es destinado también a la compañía, a la guardia, al rescate de personas desaparecidas, al encuentro de sustancias prohibidas y muchas otras actividades para las que puede ser entrenado sin esfuerzo. El Weimaraner ha ido cambiando tan frecuentemente de trabajo que la capacidad de adaptación ha pasado a ser prácticamente una característica racial.
Características generales Se trata de un perro de caza de tamaño mediano a grande. Los machos miden de 59 a 70 cm y las hembras de 57 a 65 cm. Robusto, armonioso y vigoroso, su masa muscular va de acuerdo a una estructura ósea acorde con la multiplicidad de tareas a las que está capacitado, aunque sus formas atléticas y color distintivo hacen que este can sea muy llamativo.
De color plateado, gris ratón o corzo y colores intermedios, la cabeza y las orejas por lo general son más claras. Sólo se toleran algunas manchas blancas en pequeña cantidad en la caja torácica y los pies. A menudo, en el medio de la espalda existe una raya negra más o menos ancha.
Con respecto al pelo existen tres variedades: corto y fino con un subpelo grueso; corto y duro con un subpelo grueso y de pelo largo. Esta última está mejor adaptada al cobro de piezas en el agua. El crecimiento definitivo del pelaje se produce a menudo después de los dos años.
La nariz es recta y los labios sobrepasan el maxilar inferior sin que nunca sean temblones, con pequeñas arrugas en las comisuras de los labios. Las mejillas son musculosas y claramente pronunciadas. La cabeza no tiene arrugas. Las orejas son anchas y bastante largas, llegando a la comisura de los labios, redondeadas en las puntas. El color de ojos comienza siendo celeste en los bebés para ir cambiando hacia el ámbar en los adultos. El color ámbar puede variar del claro al oscuro.
El cuello es musculoso, casi redondo, no demasiado corto, sin papada. En los Bracos de pelo corto la cola es cortada, mientras que no en los de pelo largo.
El Weimaraner, como todos los perros de caza, necesitan mucho ejercicio. No es conveniente tenerlo encerrado mucho tiempo, requiere de prolongadas caminatas y sesiones de juego. Es un perro con un gran potencial para el entrenamiento de agilidad. Aún conserva su instinto cazador así que no debemos sorprendernos si trata de cazar aves o ratones.
Los perros de esta raza, que originalmente fueron desarrollados para la caza, tienen un carácter muy especial: son muy inquietos y requieren mucha atención desde pequeños. Desde que son cachorros necesitan ser entrenados para que no causen destrozos. Necesitan muchos juegos y juguetes con los cuales orientar su alegría. El entrenamiento y las sesiones de juego le enseñarán su posición de mascota y que todos los miembros de la familia deben ser obedecidos.
Desde pequeño debe reconocer límites. Nunca debemos castigarlos con gritos ni golpes porque esto sólo amargará su carácter y no le enseñará nada. Lo mejor es tenerlo bien atendido y con muchos juguetes para que no se aburra entre paseo y paseo.
Los cachorros de Weimaraner suelen morder los muebles en la etapa de muda dental, así que es conveniente proteger los objetos preciados y, desde luego, proporcionar a los cachorros materiales adecuados para que mastiquen.
Hay que socializarlo en todas las circunstancias posibles, con perros y todo tipo de gente desde que son pequeños para no tener ningún problema de mala adaptación en la adultez.
Como son perros hiperactivos no son una buena idea para personas demasiado ocupadas o muy sedentarias por sus altos requerimientos de atención y cariños, juegos y entrenamiento. Sin embargo, son maravillosos compañeros para personas activas o deportistas; personas que aman el tiempo con los perros; son buenos con los niños, les encanta jugar con ellos y son incansables.
Su irrefrenable apego a los dueños hace por momentos que sea muy demandante de atención. Su equilibrado afán de proteger a quienes considera su familia, lo hace actuar como un verdadero perro de guardia.
Su adaptabilidad y sus pocos utilizados oficios de cazador son sus aspectos más destacables. Son amistosos pero también temerarios, rasgo que denota que fueron desarrollados para enfrentar animales de gran tamaño. Son atletas y obedientes si son educados, si no es así demostrarán su otra faceta, de dominancia y desobediencia.
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