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 sábado, 02 de julio de 2005  
Regalías. Campos respondió duramente a las demandas de la multinacional por la patente de la soja transgénica
Por los juicios, el gobierno frenará el ingreso de biotecnología de Monsanto
El secretario de Agricultura dijo que se responderán las acciones judiciales iniciadas por la compañía en Europa

El secretario de Agricultura, Miguel Campos, aseguró ayer que el gobierno nacional contestará en Europa las demandas iniciadas por la empresa Monsanto para cobrar la patente por la soja transgénica y adelantó que mientras dure el conflicto, el gobierno “no aprobará ningún nuevo evento biotecnológico” presentado por la empresa.

  El titular de la cartera agropecuaria salió a responder ayer a las demandas que esta semana inició la compañía líder en biotecnología de semillas, para cobrar a los exportadores argentinos un derecho de patente sobre la soja RR, resistente a glifosato.

  Las acciones judiciales se iniciaron el martes en Dinamarca y Holanda y se dirigieron a importadores de la oleaginosa argentina, pero el efecto en cadena comenzó a sentirse cuando los compradores comenzaron a presionar a los traders argentinos para modificar los contratos de compra-venta.

  Campos acusó a Monsanto de tener un “doble discurso tramposo” porque un día antes de las denuncias, directivos locales de la compañía habían participado de una reunión en Agricultura para encontrar una solución al tema.

  El funcionario explicó que las acciones interpuestas por Monsanto contra los importadores europeos son un litigio entre privados “pero el Estado argentino participará como parte damnificada, porque los juicios atentan contra el comercio de granos del país y, en definitiva, amenazan la soberanía nacional”.

La empresa bajó el tono
Voceros de la filial local de Monsanto trataron de bajarle el tono al debate señalando que “las demandas emprendidas por decisión de la central estadounidense de la compañía sólo pretenden mostrar que las patentes registradas en Europa son válidas para cobrar royalties sobre la soja argentina pero no anulan la voluntad de lograr un acuerdo sobre regalías en el país”.

  Las acciones “tardarán de 12 a 18 meses y en ese lapso hay tiempo para lograr un entendimiento en Argentina”, apuntaron.

  Pero Campos advirtió que “Monsanto es una sola y pretender diferenciar a la central de la filial local es parte de un doble discurso tramposo para confundir y extorsionar a los productores y al país”.

  El funcionario dijo sentirse “estafado” porque “el lunes Monsanto participó de una reunión en la Secretaría con los semilleros para discutir sobre regalías y el martes nos enteramos por los diarios que había iniciado acciones en Europa”.

  No obstante, advirtió que a Argentina “le asiste la razón y el derecho” porque Monsanto patentó en Europa “el procedimiento para crear un transgénico y el resultado final de ese proceso son las semillas y lo que el país exporta son granos, pellets o aceite de soja pero no semillas”.

  A través de la Cancillería, el gobierno instruyó a todas las embajadas argentinas en Europa para que “reaccionen de inmediato ante las presentaciones judiciales” de la multinacional en otros países.

  “El Estado argentino contratará abogados, los mejores que encuentre, y hará todos los gastos necesarios para defender el interés nacional” porque las consecuencias de las demandas contra los importadores europeos “se trasladarán a los exportadores argentinos y terminarán pagándolas los productores”, puntualizó.

  Campos dijo además que las demandas ya surtieron su primer efecto “con las presentaciones de los importadores europeos en el Gafta (organismo internacional que regula los contratos de intercambio de granos) reclamando que los exportadores asuman el costo” del reclamo de Monsanto.

  Los reclamos “lesionan el interés nacional”, se quejó el funcionario, quien especuló con que “es probable que los exportadores eviten comprar soja argentina para no tener problemas y que los exportadores locales tengan que vender más barato para mantenerse en el mercado”.

  El secretario de Agricultura advirtió además que la actitud de Monsanto afecta “la alianza estratégica de Argentina y Estados Unidos para promover la biotecnología y la aceptación de productos transgénicos por parte de la Unión Europea”. Y lo hace “por salvar sus errores y malos negocios en Argentina”, enfatizó el funcionario, quien recordó que los 100 millones de dólares que la multinacional invirtió en Estados Unidos para crear la soja RR fueron recuperados “con creces con las ventas del glifosato (herbicida utilizado en el cultivo del transgénico) en el país”.

El primero lo regalan
También denunció que la difusión de la soja transgénica en Argentina “fue clave” para su extensión a los países del Mercosur.

  Actualmente Brasil tiene 4 millones de hectáreas sembradas con semillas de soja que salieron de contrabando desde Argentina. “Si entonces Monsanto no protestó fue porque le convenía la expansión para poder vender más herbicida y reclamar regalías, como lo hace ahora”.

  Campos reivindicó su “adhesión a la biotecnología” y estimó que “en pocos años más los investigadores argentinos crearán nuevos transgénicos beneficiosos para la agricultura” pero, ante una consulta, aseguró que “no aprobará ningún nuevo evento presentado por Monsanto“ mientras continúe “la hostilidad de los juicios”.


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Monsanto "tiene un discurso tramposo", dijo Campos.

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