Desprecio más resignación

Luego de presenciar por televisión el multitudinario acto en el Día de la Bandera, observé que lo más trascendente -puesto de manifiesto por los periodistas conductores- pasó por la ausencia del senador Carlos Reutemann, la indecisión como candidata de la vicegobernadora y la bienvenida inversión de cuantiosos millones de pesos en Santa Fe. De ninguna manera uno quiere ser difamador de la conmemoración de ese acontecimiento histórico pleno de fervor patrio, ni mucho menos de las obras anunciadas. Lo que verdaderamente conmueve en lo más profundo es que en esta circunstancia tan especial, donde se congregó a las máximas autoridades nacionales, provinciales y municipales, nadie -ni en forma somera siquiera- dedicó un párrafo en alusión a los jubilados, que con el aumento de 42 pesos, otorgado recientemente, cobran con haber mínimo la vergonzosa suma de 350 pesos. Una decisión denigrante que afecta a más de 2.500.000 argentinos que dedicaron sus esfuerzos durante tantísimos años a procurar alguna cosa con su actividad y dignidad. Recurrir a algún aforismo creo que es absolutamente innecesario. De lo que sí estoy seguro es de que jubilarse en este país es ser "un eterno despreciado y un perfecto resignado con un haber miserable".

José F. Stronatti

DNI 6.133.362