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 lunes, 20 de junio de 2005  
Vicente Massot analiza la disputa mayor en el seno del PJ
"La pelea con Duhalde tendrá un vencedor: el presidente Kirchner"
El director de La Nueva Provincia pasó por Rosario

Daniel Leñini / La Capital

"Antes se robaba individualmente, ahora la corrupción se ha hecho movimientista. Antes se utilizaba la corona para justificar los excesos de sus escuderos, ahora se roba para la corona. Antes, la corrupción era sinónimo de delincuencia; hoy el delincuente supone que quedarse con un vuelto ajeno es una merecida recompensa por los sinsabores de la función pública".

Vicente Massot, conocido periodista, politólogo y director ejecutivo de "La Nueva Provincia" de Bahía Blanca (fundado por su abuelo), expone esas reflexiones en "La excepcionalidad argentina. Auge y ocaso de una nación", que acaba de llegar a las librerías.

Doctor en Ciencias Políticas, profesor en la Universidad del Cema y la UBA, Massot fue viceministro de Defensa de Carlos Menem. Recientemente estuvo en Rosario invitado por la Fundación Libertad.

-Es difícil encontrar en el libro una ventana a la esperanza. ¿Queda sostener nada más que una mirada pesimista sobre el país?

-Si uno toma en consideración los últimos 60 años es lógico pensar que en los próximos no vamos a desandar este declive. Ahora, al mismo tiempo, dejo señalado que ningún pueblo nace destinado, ni a la grandeza ni a la miseria. El desafío para remontar la decadencia es enorme y no percibo hoy un país capaz de hacerlo. Eso no quiere decir que no se pueda.

-Pero salvando las distancias, hoy que todo el mundo habla de China, también transitó una anacrónica Revolución Cultural que la estancó hasta los años 80. Y hace 20 que crecen como nadie en el mundo.

-Está bien. Qué era Taiwan antes de Chiang Kai Shek: una isla insignificante, sin riqueza natural, sin recursos humanos, sin nada. Mire hoy. Encontrarle la vuelta al desarrollo no es soplar y hacer botellas, pero las ultimas seis décadas enseñaron que hay experimentos que no van más: el populismo no sacó a ningún país de la miseria, y ninguna de las variantes social-comunistas hicieron lo propio. El capitalismo es la única receta exitosa aunque por distintos caminos; el de Taiwan no es el mismo que el de Alemania occidental.

-¿Hay populismo en el país?

-Si usted me pregunta si Kirchner es populista le diría que no. Desde el punto de vista fiscal, cuida la caja como un economista ortodoxo. No hay, a mi juicio, rasgos del populismo clásico peronista.

-¿Cómo ve la pelea con Duhalde?

- Sigo creyendo que la sangre no va a llegar al río; que Duhalde en última instancia pactará una solución favorable a Kirchner. Comparemos: Duhalde, en 2003, no aceptó que nadie le incluya un sólo hombre en la lista de diputados nacionales. Dos años después, prácticamente no tendrá arte y parte. Lo que demuestra que Kirchner le da una importancia al dominio territorial que Menem, por ejemplo, no le daba. Menem nunca se metió con Duhalde en la provincia. Kirchner, apenas asumió, inició un proceso sin prisa y sin pausa de horadarle el poder y llegamos a una situación que a mi juicio tendrá un vencedor: Kirchner. Lo acorraló.

-¿Y se juega en provincia de Buenos Aires la continuidad de Kirchner, o la de su esposa, para el 2007? Digamos que si la senadora obtiene el 45 por ciento de los votos el matrimonio quedaría con todo el envión, y si, en cambio, el 35%, como que deberían preparar el repliegue...

-No creo que se juegue nada por el estilo. Hay muchas formas de entender el "plebiscito": la idea de que es el 50 por ciento de los votos no es necesariamente falsa pero tampoco la única lectura. Kirchner, en un reportaje, dijo que consiste en obtener una cifra mayor que el 22 por ciento del 2003. Con lo cual sospecho que el 23 de octubre a la noche el gobierno presentará los guarismos sumando la votación del PJ a nivel nacional. Dirá: "El PJ sacó el 42, 43 ó 45 por ciento. Este es el plebiscito. ¿Donde está el segundo?" El segundo va a tener una cifra irrisoria. Ahora, más allá de las especulaciones y escenarios (si van juntos o no con Duhalde, si se presenta o no Cristina), lo que sí podemos ya dar por sentado es que el peronismo no va a sacar menos del 40 por ciento a nivel nacional.

-¿Y Capital Federal?

-Quien crea que Ibarra ganó hace dos años no entiende lo que sucede: en Capital el que ganó fue Kirchner. Ibarra es hechura de Kirchner, un hijo político. Sucede que se transformó en un hijo maldito porque obra como un salvavidas de plomo y no saben como sacárselo de encima. No descartaría la intervención o el procesamiento y la renuncia de Ibarra. Tampoco descarto que Ibarra continúe y finalice dentro de dos años. Como quiera que sea, en la Capital Federal al gobierno no le va demasiado bien ni horriblemente mal. Medido el canciller Bielsa cuando no era candidato, estaba tercero. Pero, aparte, hay que ver qué daño todavía puede hacerle Ibarra al gobierno faltando cinco meses para la elección. Y es, después de todo, no sólo la vidriera general sino el segundo distrito electoral.
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"Creo que en última instancia Duhalde pactará".


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