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lunes,
20 de
junio de
2005 |
Opinión: Dominó con amplitud porque los
roles estuvieron claramente definidos
Pablo D'Angelo (*)
Anoche comenzó el "verdadero Argentino". Y Santa Fe jugó en equipo. Necesitó que pasaran los primeros cinco minutos, en los que se mostró algo desconcentrado en defensa y apresurado en ataque, con ofensivas de mala selección que no pasaban de 10 ó 12 segundos. De allí en más, durante todo el juego dominó claramente. La impresión es que el entrenador Cupulutti encontró la formación ideal. Es que los roles estuvieron claramente definidos, con un Salles conduciendo y ganando el duelo de bases en ambos lados, haciendo jugar al equipo y alimentando a Bulfoni para que éste, en el roll de anotador, tomara los tiros que el juego le producía, generalmente con la ayuda de los bloqueos del Reinick, que hizo de todo.
Precisamente, el Colo fue el obrero incansable, el máximo responsable del éxito, ya que anotó 17 puntos y ganó 14 rebotes, más todo lo que no sale en planilla. Porque cargó de faltas a todo Córdoba, ofreció mil cortinas a sus compañeros y fue el dueño absoluto de la pintura defensiva.
Para completar, Calvelli y Diego Ferrero. El primero produjo, como en Ben Hur (el campeón de la Liga), mucho en pocos minutos, mientras que su compañero, una agradable sorpresa para todos los rosarinos que no lo conocían, anotó 14 tantos. Pero el tema es que los hizo en los momentos en que Córdoba daba los últimos manotazos.
Ahora falta un paso: Entre Ríos, el único equipo que siempre mantiene su estructura de jugadores y cuerpo técnico y que viene de ganarle con amplitud al gran candidato que era Capital. No será fácil, pero repitiendo lo hecho en semifinales, la ilusión está abierta.
(*) Entrenador de básquet
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