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lunes,
20 de
junio de
2005 |
Ganadería. La intensificación del manejo avanza en la zona de Venado Tuerto
La cría intensiva bovina vuelve a ser un
negocio rentable en el sur santafesino
En diez años este sistema de producción logró estabilizar los planteos mixtos agrícola-ganaderos
Leonardo J. Stringaro
Desde hace una década un grupo de 16 productores con una población de 6000 vacas madres viene aplicando la tecnología de cría bovina intensiva (CBI) en diversos campos distribuidos en la región de Venado Tuerto. Con el objetivo de lograr que las actividades agrícolas y ganaderas vuelvan a convivir bajo un sistema de producción mixto.
Se trata de una experiencia que busca identificar las posibilidades que tienen los mejores campos de la pradera pampeana, para el desarrollo de una buena producción cerealera mediante la asociación con una tradicional producción ganadera bovina.
"Nosotros partimos de una base que ubica y reconoce -a nivel mundial- a la Pampa Húmeda como una pradera fértil, no sólo por la calidad de suelos y su benigno clima templado, sino también por el particular manejo de su producción agrícola-ganadera que obtenía buenos rendimientos en granos y en carne, pero con un sello propio de los bajos costos, la buena rentabilidad, así como una producción estable y naturalmente equilibrada, sin problemas de contaminación ambiental y con suelos que mantenían su nivel de fertilidad", explicó el ingeniero Martín Correa Luna.
El especialista entiende que esa situación sucedió hace pocos años y por el contrario, el actual ciclo húmedo que ha caracterizado a la región en las últimas décadas, permitió lograr una mayor producción de cereales y oleaginosas, pero con un alto costo que está siendo subsidiado por el suelo, a través de la alta extracción de nutrientes que no son repuestos de una forma aproximada a lo extraído.
Es decir, los sistemas de producción de la Pampa Húmeda no están siendo del todo considerados, porque aún en sistemas de labranzas reducidas al mínimo nivel. Los problemas de compactación del suelo y de reposición de nutrientes no están resueltos para pensar en mantener la producción a nivel nacional.
"Una solución pueden ser los sistemas de alimentación -a base pastoril- sobre pasturas de alfalfa con gramíneas que posibilitaban la rotación entre lotes alternando ciclos de pastura con ciclos de cultivos de cosecha. Esto determinaba la recuperación natural de la fertilidad física y química al finalizar los ciclos agrícolas", señaló Correa Luna.
Las nuevas metas
Durante la quinta edición de las jornadas cría bovina intensiva, que se desarrollarán entre el 29 y 30 de junio), se intentará demostrar que existen tecnologías disponibles para mantener sistemas de producción mixtos con una ganadería de rentabilidad comparable a los cultivos agrícolas.
La idea es fijar el concepto de aprovechar los beneficios que tienen dos actividades fuertes en la provincia de Santa Fe, sin pensar en competir para empezar a compartir espacios que alimenten un círculo virtuoso: más fertilidad y más producción.
Desde el sur ya se habla de la intensificación de todo su esquema (salud animal, nutrición, genética), y el manejo del pastoreo (asignación forrajera y descansos de la pastura) como factor de primordial importancia para asegurar la disponibilidad de forraje necesario para mantener muchas cabezas de ganado (cinco vacas por hectárea) durante la vida útil de la pastura.
Actualmente, la gran complementación lograda con la actividad ganadera en este sistema se vio durante los momentos de menores requerimientos nutritivos de las vacas (denominada "vaca seca"), porque están disponibles los rastrojos o residuos de cosecha que junto a la vegetación "espontánea", que crece en ese período frío, y constituyen un excelente recurso nutricional para esta categoría.
Por otra parte, está claro que los sistemas de cría bovina intensiva justifican la retención de vacas y contribuyen a la producción de terneros sobre rastrojos y suelos marginales (quebrados, bajos salinos o inundables, muy livianos).
Al mismo tiempo, constituyen una forma de obtener un producto secundario distinto a los granos, que diversifica la oferta y genera -a su vez- un usuario de granos, sin competir de manera significativa con la agricultura de cosecha.
Por eso, los grupos cría bovina intensiva hablan de la intensificación ganadera más allá del evidente retraso con respecto a la producción de granos.
Un dato interesante es que de una participación despreciable en el mercado de la carne bovina hace ocho años, la faena anual procedente de feedlot ocupa más del 15 por ciento del total.
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Fotos
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La tecnología se aplica en unas 6.000 vacas madres.
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