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lunes,
20 de
junio de
2005 |
El Monumento a los Caídos en Malvinas ya es una realidad
Un 20 de junio con obras emblemáticas
Un gran óvalo con las islas y los nombres de los 649 soldados muertos recuerda
la guerra del Atlántico Sur. El Monumento a la Bandera se va acercando al río
Los miles de rosarinos y visitantes que se acerquen hoy al Parque Nacional a la Bandera se encontrarán con más de una sorpresa. Es que esta vez el 20 de Junio viene acompañado de cambios en la geografía del sector más emblemático de la ciudad, con el Monumento a los Héroes de Malvinas y la primera parte del proyecto que une el Monumento a la Bandera con la Estación Fluvial.
Ambas obras forman parte de un proyecto aún más ambicioso de remodelación integral del parque, para el cual la Nación aportó el año pasado 3 millones de pesos y que incluye distintas intervenciones entre el Centro de la Juventud y la zona franca de Bolivia.
El homenaje a los caídos en las islas del Atlántico Sur es un gran óvalo de 45 metros de largo por 35 de ancho con el mapa de las Malvinas en el centro y una elipse donde se muestran las placas con los nombres de los 649 soldados muertos.
En total, son unos 700 metros cuadrados de hormigón, granito, lajas de pórfido patagónico y acero, rodeados de un anillo peatonal. Las islas, representadas en bronce, están por debajo del nivel del suelo, en medio de un espejo de agua. También de bronce es la placa que reza “A nuestros héroes que viven en Malvinas”, el nombre exacto del monumento, propuesto por los ex combatientes.
Pero este monumento no es la única sorpresa. A partir de ahora la plaza 25 de Mayo queda conectada con la avenida Estévez Boero (la que une la Fluvial con el Centro de Expresiones Contemporáneas) a través de un paseo peatonal, que en una segunda etapa se prolongará hasta el río.
Se trata de una serie de lonjas peatonales construidas con pórfido patagónico. El paseo, diseñado por el Programa para el Desarrollo de la Costa —Secretaría de Planeamiento municipal—, se hizo respetando los árboles del parque, en una coexistencia que ofrece una sensación especial al transitarlo: caminando desde el río se va descubriendo el Monumento a la Bandera por tramos, hasta que aparece en toda su inmensidad, con la ciudad al fondo, al llegar a la avenida Belgrano. En una próxima etapa la obra se iluminará desde el mismo suelo.
Otra novedad es la desaparición de la avenida Batería Libertad, que conectaba la avenida Belgrano con la Estévez Boero.
Con esta obra el municipio asegura que se cumple el sueño de Angel Guido
de plantear la conexión definitiva de la plaza 25 de Mayo con el río a través del pasaje Juramento, el Monumento, su unión con el mástil y su prolongación final hasta la Fluvial.
Una idea que comenzó en 1939, cuando los arquitectos Guido y Alejandro Bustillo ganaron el concurso de anteproyectos para la creación de “el más importante monumento que deberá erigirse en el territorio de la Nación”, a decir de la ley 12.575. Otra ley, la 12.815, fue más allá y determinó que el proyectado monumento tuviera un ámbito que lo contuviera y resguardara del avance de la urbanización, “realzando —en palabras del mismo Guido— su grandiosidad”.
La obra comenzó en 1943, pero recién se pudo inaugurar en 1957, 85 años después del primer proyecto pergeñado por el ingeniero Nicolás Grondona.
Pasaron muchos años sin modificaciones, hasta que en 1997 se vinculó el Monumento con el mástil, hasta entonces separados por la mano norte-sur de la avenida Belgrano. La obra se completó con un adoquinado y con la instalación de las esferas de hormigón y piedra.
Después llegó el pasaje Juramento, la conexión con la plaza 25 de Mayo y el emplazamiento de las estatuas rescatadas del proyecto de Lola Mora. Fue en 1999, luego de un concurso de ideas que ganaron los arquitectos Alejandro Meltramone, Mariano Costa y Marcelo Ponzellini.
La recuperación de los galpones portuarios abrió una gran perspectiva para el futuro del parque, y ahora el paseo peatonal viene a cerrar un viejo anhelo de vincular ciudad y río.
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