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domingo,
19 de
junio de
2005 |
Opinión
No debió sufrir tanto,
pero todo quedó en orden
Pablo D'Angelo (entrenador de básquet)
Santa fe comenzó demasiado ansioso, propuso un juego de ida y vuelta que le favorecía al local. Misiones, un equipo inferior al nuestro, encontró desde las posesiones cortas y la mala selección de tiros de Santa Fe, la posibilidad de correr y ponerse bien ante su público. Llegó a estar 11-0. Evidentemente a los santafesinos les convenía jugar más controlado para establecer su superioridad. Cuando se jugó un básquet de media cancha, el marcador comenzó a emparejarse.
A esta altura del segundo cuarto, Misiones daba pelea impulsado por la alegría del comienzo y la permisividad de los árbitros, que le dejaban equiparar las diferencias físicas.
Santa Fe, sin jugar bien, sólo con un poco menos de vértigo y más orden, pasó al frente momentáneamente. El cierre del primer tiempo ya hacía suponer que la segunda mitad mostraría un Santa Fe dominante del juego.
Al comenzar el segundo tiempo, sorpresivamente, Misiones seguía dando pelea y los nuestros repetían el juego apresurado del inicio. Santa Fe optó por bajar centímetros, jugando con 4 perimetrales y sólo Reinick en la pintura. Con 4 abiertos y el grande jugando pick and roll sobre la línea de tres, lograron abrir la defensa y crearon juego a partir de las rotaciones defensivas que provocaron. Así, pasándose más la pelota encontró a los tiradores libres para tomar lanzamientos correctos con lógica mejoría en los porcentajes.
Aquí comenzó el Campeonato Argentino, sin dudas están en semifinales los cuatro equipos candidatos. Santa Fe no debió sufrir tanto en función de las diferencias evidentes de ambos planteles, pero Misiones es el local y siempre suceden estas cosas. Al final todo quedó en orden.
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