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martes,
31 de
mayo de
2005 |
La letra con sangre
El castigo corporal contra los niños es una práctica extendida en América latina y sustentada en una mera "costumbre", de acuerdo el estudio elaborado por la Universidad del Valle de Colombia. Según los investigadores, "las legislaciones regionales reconocen y defienden los derechos de los niños, pero toleran el castigo bajo la excusa de la moderación". Se precisó que "ningún país lo prohíbe". Los especialistas coinciden en que la conducta del golpeador deja huellas indelebles en el cuerpo y la psiquis de las víctimas e instaura patrones de conducta que seguramente repetirán de adultos, ya que los padres "pegadores" probablemente han sido niños castigados. "Los castigos, lejos de educar cultivan la reproducción de esa misma violencia", explicaron. Muchas veces estos castigos que se les ocasiona a los chicos reflejan la angustia que viven los adultos y que "los chicos pagan la factura". También señalaron que "el castigo corporal en el hogar no sólo cuenta con tolerancia social sino que, es visto como una necesidad de la educación, que suele recibir aprobación o al menos, tolerancia".
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