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domingo,
29 de
mayo de
2005 |
Recomposición de la política social nacional
El sociólogo Horacio González analiza qué puede ocurrir en la segunda mitad del mandato de Kirchner
El sociólogo Horacio González, vicedirector de la Biblioteca Nacional, hizo ante el aniversario de la asunción de Néstor Kirchner una serie de consideraciones de la gestión desde el punto de vista social. "El período hasta aquí transcurrido mostró una especial capacidad para aguzar el oído sobre lo que había sucedido en las entrañas del país. La quiebra de las instituciones, la incapacidad de la política, la ausencia de respuestas en la esfera de los derechos humanos y la enfática declaración de que no hay razón superior que la de ofrecer reparación a los que han perdido su sustento, antes que la de atender las prioridades que surgen de la obligación argentina con las entidades de crédito internacional", manifestó.
En cuanto al pasado de estancamiento sufrido por el país apuntó que la nueva administración "surgida de los escombros de la sociedad" puso "oído fresco e innovador para escuchar las razones y los resultados de ese derrumbe y de las esperanzas que remisamente florecían".
Para el sociólogo "se presentaron y se presentarán las difíciles vicisitudes de gobernar un país resquebrajado en una época donde fuertes poderes mundiales someten a coacciones y ataques a quienes muestran voluntades propias, por tímidas que sean", argumentó.
Para hacer un panorama contextualizó la administración: "El gobierno de Kirchner, frente a los años que se avecinan -para los que busca atendibles respaldos plebiscitarios- haría mal en abandonar su sensibilidad auditiva frente a la necesidad de reparar con originalidad y valentía un vasto desastre colectivo, permitiendo que se adentren en sus criterios de acción las madejas de los viejos poderes preconstituídos".
González expresó que "esta primera mitad del período del presidente Kirchner no debe frustrarse con una segunda mitad eventualmente sometida a un juego de astucias y alianzas que se dirán momentáneas pero pueden volver a comprometer las necesarias autonomías que precisan el país y la sociedad para emanciparse de antiguas e infructíferas tutelas".
En una perspectiva de prognosis social, el funcionario conjeturó que "aunque la justificación sea la de dar sustento a un gobierno frágil o la necesidad de disputar con fuerzas internacionales omnipotentes, si se abandona el aire que permita enfocar problemas con intrepidez, corre peligro la capacidad de entusiasmo que pueda generar el gobierno".
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