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domingo,
29 de
mayo de
2005 |
Hilda Gontín, del PPS, se hizo cargo de un área polémica
"Es clave en las concesiones evitar el hecho consumado"
Fue concejal del partido de Cavallero hasta hace 10 días. Hoy promete mano de hierro en la gestión de Lifschitz
Silvina Dezorzi / La Capital
"¿Usted tiene algo que ver con las concesiones municipales?", le disparó sorpresivamente una mujer a la flamante directora de Gestión y Control de las Concesiones, Hilda Gontín, apenas unos días después de que la ahora funcionaria de Miguel Lifschitz dejara su banca en el Concejo por el partido de Héctor Cavallero. "¿Sabe por qué le digo? Porque no puede ser que el bar sobre la costa y Entre Ríos lleve tanto tiempo cerrado. ¡Haga algo para que reabra!", le pidió la mujer. La imprevista exigencia se dio en un bar mientras Gontín dialogaba con La Capital, una muestra de que el área de Concesiones toca fibras sensibles entre los rosarinos: nada menos que el destino de lugares enclavados en el espacio público y asociados con el tiempo libre, que más de una vez han dado que hablar. Por eso Gontín promete mano de hierro: control, control y más control, para "evitar los hechos consumados".
-¿Qué le dijo Cavallero cuando se enteró de que el intendente Lifschitz la convocaría para su gabinete?
-Fue el primero en enterarse. Lo charlamos adultamente, pero esta es una decisión personal porque fue un ofrecimiento personal. En el partido (del Progreso Social, PPS) me dieron libertad de acción y estamos en buenos términos.
-¿Y cómo se lleva con el gabinete de Lifschitz, sobre todo porque usted formó parte del Partido Socialista Popular, del que luego se abrió el PPS?
-Bien, hay mucha gente con la que trabajé antes, por ejemplo Clara García, José Garibay, Fernando Asegurado. Me siento cómoda. Y con el intendente me llevé una sorpresa. Porque yo soy frontal, me gustan las cosas claras. Y en Lifschitz encontré a una persona con una amplitud poco frecuente. De hecho, cuando me convocó la primera sorprendida fui yo.
-¿Por qué? ¿Le pareció políticamente interesante que optara por un opositor para un área tan sensible y cuestionada?
-Claro, es interesante porque en el control siempre es bueno que haya alguien de la oposición. Y en mi caso, además, que conoce el funcionamiento del municipio. A mi formación profesional como contadora se suma el conocimiento de la administración municipal, y esa es una buena herramienta. Me siento tranquila donde estoy. Sé dónde piso, lo que hay que hacer: ser extremadamente cuidadosa, estudiar los temas, cuidar que todo esté acorde a la normativa vigente. Como me pidió el intendente: que sea puntillosa, que se haga todo como debe ser. Y además, con un enfoque mucho más integral del área.
-¿Qué quiere decir eso?
-Que no se limite a concesionar un predio y dentro de cinco años ir a ver qué pasó. El principal trabajo es antes: ver cómo se concesiona, hacer los estudios de factibilidad, el análisis económico y los pliegos, y después un control estricto: que se cumpla con las obras y el canon, que se paguen las tasas y retribuciones, que se tengan las garantías al día.
-¿Y qué de eso no se hace hoy?
-Se hace, pero de forma dispersa. A lo mejor, Registro e Inspección fiscalizaba el pago del Drei, otro el canon... En cambio, ahora vamos a centralizar y consolidar toda la información de cada concesionario en un legajo para que después no aparezcan sorpresas. La idea no es hacer una gestión de escritorio sino visitar a los concesionarios periódicamente para ver el estado de conservación de los edificios, si están haciendo las obras, si está la documentación. Hay que tener mucho, pero mucho control, que no se deje de cumplir ni un paso. La clave es evitar los hechos consumados. Aunque parezca burocrático, a la larga rinde.
-¿Qué opina de las concesiones que ya están hechas?
-Recién me senté a analizar, pero no hay nada preocupante, quizá haya que hacer algunas cosas mínimas. Ya empezamos a hacer una base de datos para realizar un seguimiento concesión por concesión. Y el equipo que encontré es muy bueno, gente joven, profesional y con empuje.
-Hubo críticas a algunas concesiones por el bajo canon que pagan. ¿Qué piensa de eso?
-Hay que considerar cuándo se otorgaron. No olvidemos, primero, que acá hubo una tremenda recesión, un quiebre económico, que no hacía fácil concesionar un predio. Segundo, qué inversión se le pedía al concesionario, porque hay que hacer un estudio de la tasa de retorno para ver en cuánto tiempo recupera la inversión. A lo mejor paga un canon bajo, pero la inversión la hace ya y el recupero es a 10 años. Ese dinero tiene un costo. Nuestra idea es hacer todos esos estudios y algunos dárselos a la Facultad de Ciencias Económicas, que da un respaldo institucional inobjetable.
-¿Por qué siguen cerrados los tres bares ubicados en lugares tan clave de la costa central que subalquiló la concesionaria Coyde, entre ellos el ex Aux Deux Magots?
-Ese es un problema con la concesionaria, que no presenta como debiera un proyecto integral. Es Coyde la que debe cumplir con la Municipalidad.
-¿Y hasta cuándo van a esperar?
-Vamos a ver. Realmente es muy fácil decir que la culpa la tiene el municipio, pero quienes invirtieron en esos tres negocios también deberían reclamar a Coyde. Lo que pasa es que siempre tiene más repercusión pública exigirle al Estado que al privado.
-¿Hay algún plan de concesiones para Puerto Norte?
-Sinceramente, aún no lo hablamos. Pero es el tema que se viene.
-¿Y qué más se viene?
-De lo que recuerdo ahora, los galpones frente al Monumento a la Bandera, el hipódromo, el autódromo, el Predio Ferial y el bar Siempre (ex Munich).
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Gontín dijo que el intendente le pidió que sea puntillosa.
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