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sábado,
28 de
mayo de
2005 |
El concepto laboral de los hermanos presos por los ataques a colectivos
Loco de la escopeta: en el trabajo defienden a los acusados
El gerente de La Sevillanita asegura que Lino y Pepo eran fleteros idóneos y estimados.
Ariel Etcheverry / La Capital
Sumisos, callados, respetuosos y muy trabajadores. Esos son los adjetivos que se escuchan con mayor frecuencia al recorrer las instalaciones de La Sevillanita, la empresa de transporte para la cual trabajaban los hermanos Alberto y Lino Bertuzzi. Empleados, fleteros e incluso el gerente de la sucursal están sorprendidos con la derivación que tuvo el caso del Loco de la Escopeta. En el inmenso predio que ocupa la firma en la zona sur de la ciudad, muy pocos pueden creer que ambos tengan perfiles de criminales seriales.
Un detalle destacado que aporta el responsable jerárquico de la empresa de reparto es que Lino y Pepo trabajan normalmente hasta las 18. Pero el lunes pasado, día en que una perdigonada sacudió a un colectivo 107 en el Viaducto Avellaneda, completaron su jornada mucho antes porque debieron cubrir un recorrido más corto. Se fueron a las 15.46. El ataque por el que permanecen detenidos desde hace cinco días fue a las 16.45. Una hora después de que registraran su salida.
"Si fueran tan locos como dicen, habrían cagado a tiros a los que hace unos años los abrocharon con 18 mil dólares", contó con un toque de humor uno de los empleados, al rememorar el no muy feliz paso de los Bertuzzi por otra empresa del ramo de la cual quedaron desvinculados y no recibieron nada en concepto de indemnización. Pepo, de 49 años, y Lino, de 53, llegaron a La Sevillanita hace dos años y medio. Desde entonces, siempre con el camioncito Mercedes Benz 608 que ahora está secuestrado por la policía, repartían distintos productos a comercios de la zona norte.
Una jornada inusual
No tienen relación de dependencia sino que facturan como monotributistas. El último día que trabajaron, según los registros de la empresa, partieron a primera hora de la mañana con mercadería para entregar en distintos lugares de la zona sur. A las 6.50 salieron del galpón y se retiraron, luego de cumplir con el periplo, a las 15.46.
Esa jornada fue atípica para ellos por dos cuestiones. Una fue que llevaron una carga menor a la acostumbrada y por lo tanto realizaron un recorrido más corto. De allí que se hayan retirado a las 15.46 en vez de hacerlo después de las 18 como lo hacían siempre. Además, los sitios por donde se desplazaron fueron por la zona sur, en lugar del área norte rosarina, como acostumbraban.
El gerente de la firma, José Luis Juan, es categórico cuando se le pregunta qué valoración tiene de sus dos empleados. "El impacto de la noticia fue muy grande porque el concepto que les teníamos era muy bueno. En lo laboral, nunca tuvieron un problema. No los conozco en lo personal, fuera del establecimiento, pero acá jamás fallaron". El recuerdo que reina en la empresa es el de una dupla de hermanos inseparables, con roles bien marcados.
Algunos empleados, que entraban y salían por el portón de calle Dean Funes, preguntaron a La Capital: "¿Y...cuándo salen de la cana?". Pepo "era una criatura, casi ni hablaba, nunca se lo vio enojado. Tampoco decían malas palabras. Mirá que acá les gastábamos algunas bromas y nunca reaccionaron mal", sostuvo un chofer que andaba por la inmensa playa de camiones.
"Pepo es un burro de carga. Hablaba muy poco y sólo lo acompañaba al hermano. Con Lino, en cambio, había un trato excelente. Era el que recibía la documentación, ordenaba la distribución de la carga y el que rendía cuentas al finalizar la jornada. Si surgía algún inconveniente o problema, siempre estaba dispuesto para resolverlo", recordó el gerente en diálogo con La Capital.
La hoja de ruta
"Con ellos hemos tenidos menos problemas que con otros", admitió el directivo en un alto en sus obligaciones. Con relación al recorrido que los fleteros solían realizar, Juan sostuvo que "son uniformes y dependen de la demanda que haya del día. De lo que haya por distribuir". El gerente admitió que está preparando la hoja de ruta que los hermanos cumplieron en los últimos tiempos por pedido de los investigadores. Los detectives quieren ver si el recorrido que hacían coincide con lugares donde se produjeron ataques atribuidos al Loco de la Escopeta.
"La prioridad en la entrega de mercadería está dada en la puntualidad. Nosotros no pautamos recorridos. Ellos (los choferes) saben qué lugares deben visitar por las horas de entregas pactadas previamente y realizan el trayecto de acuerdo a esa prioridad", comentó Juan. El directivo aclaró que ningún camionero está autorizado a portar armas. Sostuvo que cada vehículo que entra y sale del predio "es revisado minuciosamente por personal de seguridad. Los camiones deben entrar y salir vacíos. Se revisan las cajas y los habitáculos, y no está permitida la portación de armas".
Germán López es el encargado de distribución de La Sevillanita. Su puesto lo hacía tener un trato cotidiano con los Bertuzzi. "Tengo el mejor de los conceptos de ellos, especialmente de Lino. Los dos eran tímidos, tranquilos y respetuosos. Con Pepo no tenía mucho trato, pero Lino tenía muy buena predisposición.
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José Luis Juan contó que los hermanos facturaban como monotributistas.
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