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 sábado, 28 de mayo de 2005  
El Parlamento alemán aprobó el texto

Berlín. - El Bundesrat, la Cámara alta del Parlamento alemán, aceptó por amplia mayoría la Constitución Europea, después de que hace dos semanas lo hiciera también casi unánimemente el Bundestag o Cámara baja. La promulgación del tratado constitucional se produce a 48 horas del temido referéndum en Francia y fue bienvenido por los desesperados partidarios del "sí" en ese país.

La Constitución fue aprobada por la práctica totalidad de los representantes de los Estados federados presentes en el debate, superando así con creces la mayoría de dos tercios necesaria. El único estado federado que se abstuvo fue el de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, gobernado por socialdemócratas y poscomunistas. Para la ratificación definitiva del documento se precisa todavía la firma del presidente alemán, Horst Koehler. Además, es posible que también tenga que pronunciarse al respecto el Tribunal Constitucional, ya que el diputado democristiano Peter Gauweiler pretende presentar un recurso al considerar necesario un referéndum para la ratificación de la Constitución.

Según Gauweiler, de ella se desprenden también amplias modificaciones en la ley fundamental alemana. Sin embargo, el gobierno rojiverde del canciller Gerhard Schroeder decidió recurrir a la vía de ratificación parlamentaria al no encontrar consenso a favor del plebiscito.


Holanda votaría en contra
Países Bajos (Holanda) definirá el miércoles en las urnas su posición respecto de la Constitución europea. Aunque la Constitución holandesa no prevé este tipo de mecanismos de democracia directa, el Parlamento holandés prefirió hacer el referendo y aceptar el dictamen popular. Claro que desde que se tomó esa decisión las encuestas han cambiado radicalmente, como ocurrió en Francia.

En el otoño boreal de 2004, el 73% de los holandeses apoyaba a la nueva Carta Magna. Pero desde entonces hubo un efecto contagio de Francia. Las rencillas políticas internas dentro del frente político favorable al texto también ayudaron a horadar el consenso. Cuando el jefe del gobierno, el democristiano Balnekende, propuso una foto de grupo con todos los jefes partidarios favorables al "sí", estos se negaron.
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