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sábado,
28 de
mayo de
2005 |
Chicos que disfrutan con números y problemas
Son los que participan en
talleres donde se estimula el ingenio y la participación
en los certámenes olímpicos
"Ni olfas ni aburridos". Así les gusta definirse a un grupo de alumnos y alumnas que eligen cada semana participar del taller de matemática de su escuela, la San Antonio ubicada en la zona sur de Rosario. Es uno de los tantos que funciona en las escuelas que participan de las olimpíadas matemáticas o bien que deciden darle un cambio de mirada a una disciplina que se muestra en el imaginario colectivo rígida y para pocos; además de contrariar un panorama desalentador de esta enseñanza.
Pero los chicos opinan y dan otra explicación simple y contundente: con los números y problemas también se divierten, hacen amigos y aprenden jugando.
Sofía Bertonatti es la primera en tomar la palabra, tiene 10 años y concurre al 5º año de la EGB en la Escuela San Antonio. "Elegí estar en este taller porque matemática es la materia que más me gusta, además aprendemos un poco más", dice. Y su compañero de aula, Ramiro Fontela, agrega que "también los temas se ven diferentes a los que se aprenden en clase".
Esteban Abella tiene 11 años y está en 6º año de la EGB. El año pasado llegó a competir en la instancia provincial de la Olimpíada Matemática. Ese paso por las distintas instancias le permitieron sumar otro valor: "Además de ser interesantes y aprender, te hacés de amigos de otras escuelas". Muy cerca de Esteban se ubica Antonella Peláez, de 10 años. Dice que le "gusta hacer cuentas" y que "para nada la matemática es aburrida". Y desafía: "No tenés que ser olfa para venir a este taller de matemática, la matemática es divertida".
Al lado de Antonella está Valeria Coppolino de 9 años. Muestra unos aros llamativos, especialmente elegidos para la nota del diario. Cuenta que de lo que más disfruta es de "los problemas de razonamiento". "Y si un tema no lo entendés, en el taller lo aprendés seguro", afirma Bárbara Navarro, una nena de 10 años, entusiasta para opinar y contar que "leer las historietas de Mafalda" también entran en sus preferencias. Pablo Pelliciotta, de 11 años y de 6º de la EGB, explica que "tiene facilidad para la matemática, que le gusta resolver problemas", pero además cuenta con la ayuda de su papá para ejercitarlos: "Con él leo el diario y resuelvo los problemas de ingenio".
Las opiniones de estos chicos confirman las expectativas que tiene la escuela con este taller: que aprendan a disfrutar de la disciplina. Natalia Arias es la profesora que coordina el taller al que los chicos llegan de manera voluntaria. Dice que el fin es que quienes asistan a este espacio extracurricular prueben disfrutar del aprendizaje que propone resolver problemas. "La olimpíada es una excusa, porque ganen o no al taller no lo abandonan", agrega.
La directora de la EGB de la Escuela San Antonio, Carmen Donadío, suma otra idea: la de trabajar sobre el éxito escolar y el estímulo que significa encontrar placer en lo que hacen. "Los talleres, entre ellos el de matemática, aportan a la autoestima y ayudan a hacer más fácil el tránsito por la escuela", dice. La Escuela San Antonio es una de las que funciona en Rosario como sede (desde el 2000) de los certámenes matemáticos. En la última intercolegial, realizada el jueves pasado, llegaron más de 200 chicos representando a 13 colegios privados.
Comprensión lectora
"La comprensión lectora incide en la matemática". La idea es definitoria para la vicedirectora de la Escuela Nº55 Domingo F. Sarmiento, Mónica Arroyo. Es que según explica, no pueden pensarse separadas lengua y matemática. En su escuela, las olimpíadas y los talleres que abren las puertas al razonamiento se han ganado un lugar. Sus alumnos participan de los certámenes anuales, pero además aprenden a disfrutar de números y problemas. Y para que esto empiece desde temprano, la escuela organiza un taller de ingenio. "El objetivo es estimular el desarrollo lógico matemático en los más chicos", dice Mónica Arroyo en referencia al espacio creado para el primer ciclo de la EGB. Más tarde, los que quieran, se sumarán a los entrenamientos que les proponen las olimpíadas que ponen a prueba la resolución de problemas. Claro está que en esto se suma el esfuerzo docente. "Todo es voluntario", cuenta la vicedirectora. Y lo voluntario suma voluntades en las aulas. Porque también el aprendizaje de las olimpiadas, basado en la habilidad para resolver problemas, se mete de lleno en la enseñanza de la materia en las clases tradicionales.
"Las olimpíadas tienen valor por sí mismas, pero su metodología poco a poco se mete en el aula", confía Arroyo, y de inmediato reconoce "que son años de prácticas escolares" donde la disciplina se ataba a la repetición y resolución mecánica de cálculos.
Este año, entre el 24 y 26 de agosto, la Escuela Doctor Gabriel Carrasco de Rosario será la sede de la Olimpíada de Matemática Provincial. Según adelantó la directora Adriana Mendoza, se espera que lleguen más de 400 chicos a competir en la resolución de problemas.
"El año pasado se inscribieron 400 en la provincial realizada en Casilda. Esperamos superar ese número", confió la directora. Al respecto agregó que están buscando la manera para asegurar el alojamiento y comida para que participen la mayor cantidad de chicos, sobre todo los del norte provincial para quienes los gastos de traslados son mayores. En este certamen participan todos los alumnos que aprueban la olimpíada zonal. Mientras que se sabe que en las primeras etapas de la Olimpíada Matemática Ñandú compiten unos 4 mil alumnos en toda la provincia.
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