Ortega es imprescindible

Ariel Ortega genera permanentemente adhesiones y críticas. Como cualquier figura de peso, el Burrito jamás pasa desapercibido. Una prueba de ello quedó claramente expuesta el viernes por la noche en la cancha de Lanús cuando los hinchas granates se enteraron que no jugaba. Para ellos fue una mezcla de alivio y decepción. Aunque sea lo querían insultar, pero en realidad lo querían ver. Fue palpable. La voz del estadio informó la conformación del equipo con Ortega entre los once (parece que el hombre no tenía los papeles a mano) y después, a los pocos minutos, se rectificó y reiteró la formación con Penta como titular. El murmullo generalizado fue una muestra cabal. Obviamente, también sucedió lo mismo con los hinchas leprosos. Pero por otros motivos. Sensaciones de los rivales al margen, está claro que Ariel es imprescindible para Newell's.

Fiel a su categoría de ídolo, también genera amores y odios dentro mismo de la institución en la que juega. No todos los rojinegros están conformes con la faena futbolística de Ortega. Para ellos se puede conseguir, sin costo alguno, el video del partido con Lanús. Viendo la repetición del 0 a 0 en el sur del Gran Buenos Aires podrán probar la importancia de tenerlo adentro de la cancha. De arranque nomás, genera una preocupación extra en el rival. Su sola presencia es inquietante. Para los tiempos que corren es todo un plus que el rival debe compensar mermando sus ambiciones.

Vaya la referencia para los detractores del Burrito. Tienen todo el derecho del mundo, pero están equivocados. Las pocas cuotas de fútbol que tuvo Newell's en el torneo las entregó Ortega. Y en menor medida algunos de sus socios de mitad de cancha hacia arriba. Ribeca hizo una referencia parecida para explicar la presencia de Damián Manso en el banco de suplentes el viernes por la noche. Después, el ingreso del Piojo le dio la razón. El ejemplo es una buena confirmación de lo anterior. Y si corre para Manso, cómo no va a servir para Ortega.

Ariel tiene un aditivo insoslayable. Tres mundiales jugados, definiciones importantes, presiones mucho más asfixiantes que las que tuvo hasta aquí Damián en su carrera. Y el reconocimiento internacional. Newell's no debería permitirse el lujo de prescindir de su figura consular.

La reestructuración, de cara al futuro mediato, necesita de los servicios de Ortega. Aunque muchos no terminen de convencerse. Por más que su rendimiento no haya alcanzado los niveles superlativos que supo tener el ex jugador de la selección argentina. Con lo que mostró hasta aquí le alcanza para tener la categoría de imprescindible. Además, darle la pelota a Ortega es descansar, descomprimir, pensar en progresar en el campo de juego. Y agregarle una dificultad más al rival de turno. No parece un menú despreciable. Más bien todo lo contrario.