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domingo,
22 de
mayo de
2005 |
Análisis: Cómo bloquear el desarrollo
Pablo Díaz de Brito / La Capital
Es sabido que la supervivencia política del presidente Mesa y de las mismas instituciones de Bolivia depende hoy de los humores y decisiones del cocalero Evo Morales. Que el destino de la democracia de un país esté en manos del líder de los cultivadores de coca es un dato que eximiría de mayores comentarios y explica por sí solo el crónico subdesarrollo que sufre Bolivia.
Pero para saber lo que les espera a los bolivianos viene bien hacer un breve racconto de las cambiantes posiciones de Morales y su partido MAS a propósito de la ley de hidrocarburos. Evo y sus aliados, hace apenas dos meses, emitieron un ultimátum: 50% en regalías petroleras o asfixiaban al país con sus bloqueos. Bajo esta presión lograron entonces la media sanción de la ley de hidrocarburos, no con aquella medida, pero con otra que es muy similar y que quedó en el texto definitivo promulgado la semana pasada (18% de regalías más 32% de un nuevo impuesto directo no deducible de cargas posteriores). Sin embargo, la media sanción de Diputados que llevó a Morales a levantar los brutales bloqueos de marzo ahora no le resulta suficiente.
Evo y los suyos exigen al presidente Mesa que tome por la fuerza las instalaciones petroleras, nada menos. Pero eso sí: semejante gesto no significaría, explica Evo, que las empresas se deban ir de Bolivia. Según sus elaborados planes, una vez tomados los pozos y oleoductos las odiadas multinacionales deberían quedarse ya que "se necesitan socios". Se nota que alguien le explicó que el Estado boliviano no tiene ni remotamente los enormes recursos que se requieren para explotar las cuencas gasíferas.
Y debe tenerse en cuenta que Evo y el MAS hoy se hallan en posiciones "moderadas", actitud que permite a Mesa mantenerse precariamente en su sillón. Basta recordar que los vecinalistas de El Alto y la COB, además de retomar los bloqueos, llaman a "cerrar el Congreso y echar a Mesa", así de claro.
Pero a la ilegalidad consuetudinaria de los radicales indígenas y cocaleros responde con casi igual irracionalidad el oriente rico y "oligárquico". La ilícita convocatoria a un referendo autonómico hecha ayer por Santa Cruz y apoyada por otros departamentos orientales es la muestra cabal de que esta pérdida del sentido de la juridicidad no afecta únicamente a los grupos de extrema izquierda.
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