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domingo,
22 de
mayo de
2005 |
Tragedia en los Andes
La responsabilidad del
Ejército, en el centro
de una fuerte polémica
Dicen que un capitán salvó de la muerte a 50 soldados, pero hay cuestionamientos al mando de las operaciones
El Ejército de Chile afirmó que el capitán Claudio Gutiérrez Romero, especialista en alta montaña, salvó a 50 soldados tras guiarlos a un refugio cordillerano en medio de la tormenta de viento blanco, según publicó ayer el diario trasandino La Tercera, en su edición digital.
De acuerdo al Ejército, duramente criticado por parientes de víctimas, el capitán Gutiérrez regresó en busca de soldados cuando las compañías se dispersaron, logrando encaminar a 50 de ellos hacia un refugio. Además, ubicó cinco cadáveres y dejó marcado el lugar para que fueran recuperados posteriormente.
También, junto a un cabo y a un teniente, salvó a un conscripto que se congelaba. Los cuatro fueron encontrados anteayer por una patrulla ya que estaban aislados. El oficial pidió quedarse en la zona y se sumó a las labores de rescate.
Pese a esto, han surgido cuestionamientos al procedimiento del mando del Regimiento Número 17, ya que determinó la marcha a pesar de que se preveía mal tiempo. Los familiares de los jóvenes indican que éstos llevaban sólo unas semanas de entrenamiento y no estaban equipados en forma adecuada.
Al respecto, el experimentado montañista Gastón Oyarzún -quien perdió a dos compañeros en esa misma zona, en 1974, a consecuencia del viento blanco- comentó que al parecer los conscriptos no tenían la ropa adecuada y que, en ese caso, fue un error la caminata.En el Cuerpo de Socorro Andino se quejaron de que el Ejército los ignoró al momento de planear el rescate y decidieron enfrentar el problema a su manera, sin involucrar a civiles.El maestro de andinistas Claudio Lucero, quien escaló el Everest, comentó que los desaparecidos ya deben haber muerto. Al comentar los efectos del viento blanco, sostuvo que la nieve penetra las ropas y se funde con el cuerpo, lo que deriva en agotamiento extremo.Lucero comentó que baja la temperatura y el afectado empieza a quemar muchas calorías y llega el momento en que ya no tiene energía. Una persona en estas condiciones, acotó, busca acurrucarse en un escondite para soportar el frío y allí se adormece hasta morir.
Testimonios
En declaraciones al diario El Mercurio, algunos de los soldados que sobrevivieron a la expedición contaron sus experiencias, bajo la condición de no revelar sus nombres para no caer en indisciplina.
Uno de los 81 integrantes de la Compañía Andina comentó: "Veníamos tranquilos y de repente un viento de nieve lo oscureció todo. No nos veíamos ni las manos. Seguimos caminando y sentía cómo algunos de mis compañeros caían. Me aferré a los que estaban más cerca y nos tomamos de la mano y así intentamos seguir avanzando. Sentíamos más frío, mucho, mucho frío, y yo sólo pensaba en mi madre y rogaba a Dios poder salir de esto".
"Afortunadamente logramos avanzar un par de metros, donde había un poco más de claro y armamos una carpa y nos refugiamos unos ocho o diez. Del resto no sé lo que pasó. Ahí donde nos ubicaron", agregó el soldado.
Otros relatos coinciden en que vieron caer a compañeros, que sentían gritos pero no podían ver nada y temían perder el paso de sus compañeros, pues no iban atados con cuerdas. Los que se pudieron juntar, compartieron sacos de dormir para darse calor o levantaron carpas donde se abrazaban para no congelarse. Todo ello ocurría en medio de rezos en voz alta de muchachos creyentes.
Dentro de las críticas que se ha hecho a la institución, figura la descoordinación con el Ejecutivo, las correcciones sucesivas en cifras y el que hayan reunido a unos 600 parientes en un solo lugar y que, en un inicio, se haya anunciado por altavoces el listado de muertos y desaparecidos. (DPA)
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