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domingo,
22 de
mayo de
2005 |
Los pormenores de representar a los pacientes
"La gente tiene más información y está dispuesta a reclamar por sus derechos", afirman dos abogados
Hace dos años Martín Danelutti y Guillermo Vairetti están al frente de un estudio de abogados especializados en casos de praxis médica donde la mayoría de los clientes son pacientes. Y aunque admiten que este tipo de demandas creció notablemente en los últimos tiempos, se resisten a hablar de estos casos como un negocio de abogados. "Lo que pasa es que ahora los pacientes tienen más información y saben que pueden reclamar por sus derechos", explican, y advierten que de la cantidad de consultas que diariamente reciben "sólo se judicializa un ínfimo porcentaje, porque nadie se puede aventurar en una demanda sin antes determinar si el caso es viable".
Es más, según dicen, esto se estableció como un criterio que se respeta "a rajatabla" dentro del estudio. "Creo que la gente realiza estos reclamos porque está alimentada por una intención de reparar su daño. Y si esto representa un beneficio económico no puede estar mal visto porque lo que se pretende es una reparación justa", señala Danelutti.
Y su colega advierte que, en muchos casos, este dinero es apenas el necesario para reparar el daño causado por el error médico. "En estos momentos está en Tribunales el caso de una mujer que interpuso una demanda por daños a un hospital porque, por mala praxis en el tratamiento, terminaron amputándole brazos y piernas. Hace poco se logró una medida innovadora que indica que mientras se dicte la sentencia, el municipio debe pagarle un subsidio para que una mujer la atienda, facilitarle una silla de ruedas y prótesis. Realmente, si no fuera por esto esta mujer no podría seguir viviendo", cuenta Vairetti.
Al mismo tiempo, los dos profesionales advierten que muchas veces son los mismos centros de salud los que apuran la judicialización de los casos "al negarse a entregar las historias clínicas, cuando en realidad éstas pertenecen al paciente". Cada vez con mayor frecuencia se recurre al juez para poder retirar estos documentos mediante una medida de aseguramiento de prueba.
Cuando finalmente las fichas aparecen hay otras sorpresas. "Hemos encontrado historias clínicas ilegibles, porque incluso en sanatorios importantes no están informatizadas y los juzgados tienen que contratar peritos para que las entiendan. Además, no siempre las firma un mismo médico, sino varios que a veces no son los que intervienen o se las hacen firmar a residentes o concurrentes", aseguran.
El papel de las compañías aseguradoras también se pone en tela de juicio. "Si en lugar de hacer una política de resarcimiento tuvieran una política de prevención, como sucede en el ámbito laboral, y obligara a los sanatorios y hospitales a mejorar la calidad de la atención, no sólo se reducirían las demandas, sino también la siniestralidad, que es mucho más importante", concluyen los abogados.
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