Denuncian sobornos en el radicalismo santafesino

Carlos Iparraguirre responsabilizó a Michlig, Cáceres y Millet por la designación de los candidatos

Marcelo Carné / La Capital

El ex diputado nacional santafesino Carlos Iparraguirre denunció ayer "compra de voluntades y cambios sugestivos" en la votación de la convención provincial de la UCR que impuso anteanoche por 30 votos a favor y 26 abstenciones al binomio conformado por Hugo Storero y Pedro Morini como candidatos a diputado nacional en la lista del Frente Progresista Cívico y Social.

Storero y Morini (titular de la comuna de San Guillermo del departamento San Cristóbal) se integrarán en el segundo y cuarto escalón, respectivamente, de la nómina que encabezará Hermes Binner en la alianza conformada por radicales y socialistas.

El tándem triunfador dejó en el camino a la dupla integrada por Iparraguirre y René Bonetto, cuyos convencionales se abstuvieron a la hora de la cuestionada votación.

Iparraguirre responsabilizó al titular partidario Felipe Michlig y a los dirigentes Luis Changui Cáceres y Juan Carlos Millet de haber impulsado el sistema que terminó definiendo "a todo o nada" el resultado de la convención, que -según el criterio del santafesino- debió hacerse por los candidatos en danza en forma individual, sistema que hubiese virtualmente garantizado el acceso de Iparraguirre al segundo o al cuarto lugar de la lista.

Al aceptar su derrota en el órgano resolutivo de la UCR santafesina, Iparraguirre reconoció que "lamentablemente las reglas de juego eran así, nosotros veníamos trabajando hace un año impulsando mi candidatura (a diputado nacional) como una alternativa", y cuestionó que "el viernes pasado los números de la convención decían otra cosa", en declaraciones formuladas ayer al programa Mano a Mano de la emisora santafesina LT9.

Lo cierto es que en la convención anterior Morini apoyaba la candidatura de Iparraguirre y que se votara individualmente por cada candidato, posición que el hombre del departamento San Cristóbal (el mismo que el senador Michlig) modificó y terminó jugando con Storero.

"Siempre son sugestivos los cambios de vereda cuando se dan momentos antes de una votación o en la misma noche de la votación", como ocurrió anteanoche, disparó Iparraguirre. En elíptica referencia al presidente comunal de San Guillermo, Pedro Morini, el santafesino afirmó que "había gente que se había comprometido a acompañarnos y después revirtió su posición".

Como informó en la víspera La Capital, fuentes partidarias aseguraron que una áspera discusión en una reunión a puertas cerradas de la que participaron varios dirigentes radicales antes de la convención derivó en la internación de Morini con un cuadro de descompensación en un sanatorio santafesino (ver aparte).

Iparraguirre afirmó que "los convencionales son fruto de acuerdos políticos que hubo por una interna que no se realizó a principios de este año. Sabíamos que había dos bloques que aglutinaban a los convencionales, pero anoche (por anteanoche) en la convención hubo cambios sugestivos y compra de voluntades".

"Hubo una votación que terminó 28 a 26 (que, ajustadamente, definió el sistema de votación por binomios y no por candidatos individuales) y en un momento hasta estábamos ganando, y sugestivamente algunos convencionales cambiaron su voto", señaló Iparraguirre.

Según varios convencionales presentes, los representantes del departamento Belgrano Rubén Mendoza (Montes de Oca) y Roberto Campanella (Armstrong) votaron las dos primeras veces junto al sector de Iparraguirre y luego de un cuarto intermedio y una reunión en la presidencia del comité se inclinaron por el binomio Storero-Morini.

"En dicha votación -continuó el ex legislador- nosotros sosteníamos que se llegaba a definir el sistema de votación (de los candidatos) con las aguas tan divididas, que lo natural era que se sometieran a votación individualmente los cuatro candidatos propuestos y el que tuviera mayor cantidad de sufragios fuera en el segundo lugar y el que le siguiera se ubicara cuarto en la lista. Pero Felipe Michlig, (Juan Carlos) Millet, (Luis) Cáceres y algunos otros dirigentes no lo aceptaron y resolvieron votar a todo o nada".

Iparraguirre confesó su "bronca y calentura" al comprobar que en el centenario partido se practican "métodos" como "la compra de voluntades, cambios sugestivos, celulares que se cierran", porque "lo lamentable es que no se llega (a las elecciones) con el consenso que nosotros intentamos buscar en largas conversaciones. Pero bueno, a algunos nos gusta más trabajar y construir y otros prefieren destruir", comentó en tono resignado.

Consultado sobre el rol del radicalismo como oposición política, Iparraguirre sostuvo que "la UCR venía en una etapa de reconstrucción importante y esto melló un poco al partido. No tanto por el resultado, que hay que aceptarlo, sino por este tipo de metodologías que lamentablemente uno está acostumbrado a ver".

"No es que nos creamos mejores que nadie, pero sí estamos convencidos de que dentro del Frente le podríamos haber dado al radicalismo una mayor identidad partidaria que creemos que no va a tener" con la representación que ejercerán Storero y Morini.

No obstante sus severos cuestionamientos al trámite de la convención desarrollada la noche del lunes en la vieja casona radical de la capital santafesina, el dirigente capitalino reconoció finalmente que "no está en riesgo ni en crisis el partido ni mucho menos".

Producción periodística: Marcelo Carné

Iparraguirre prendió el ventilador.