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domingo,
15 de
mayo de
2005 |
Rosario, escuela de hackers
A lo largo de la jornada de seguridad informática hubo de todo. Anuncios y chispazos. Y hubo una novedad que tuvo ambos condimentos. Fue al inicio de las charlas cuando Federico Seineldín, titular de la firma rosarina Openware, adelantó que en el corto plazo lanzará la escuela de hacker para adolescentes y jóvenes que están por terminar la secundaria.
Algunos de directivos de firmas de seguridad se agarraron la cabeza y cuestionaron la iniciativa. "Que consulte con sus abogados", disparó Cavin, quien a lo largo de su disertación fustigó una y otra vez el emprendimiento.
La respuesta no se hizo esperar después de que la iniciativa había ganado las charlas entre presentación y presentación. Seineldín explicó que el proyecto se enmarca dentro de una iniciativa junto con otras organizaciones relacionadas con la responsabilidad social empresaria y que no era una idea descabellada sino que apunta a replicar los Hackers Hill School de Estados Unidos.
"La idea es que los argentinos dejen ser sólo consumidores para transformarse en productores". Hoy la mayoría de los jóvenes pasan horas y horas en los cibercafés jugando (consumiendo). El plan apunta a aprovechar este nuevo espacio y lenguaje social de los jóvenes para generar el desarrollo de algunos hacia el campo de la creatividad y, a su vez, de la generación de nuevos proyectos.
La apuesta es que mediante el cuestionamiento de lo establecido, justo en la edad donde se profundiza el tema de la rebeldía, se puede rescatar a muchos chicos que pasan horas en frente a las máquinas pero nada les interesan la escolaridad. "La idea es crear una escuela de libres pensadores y no de delincuentes", sentenció Seineldín.
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