|
lunes,
09 de
mayo de
2005 |
Bush y Putin bajaron los
decibeles en un clima tenso
Moscú. - Un día antes de las celebraciones por el 60º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial en Moscú, los presidentes de Rusia y Estados Unidos, Vladimir Putin y George W. Bush, debatieron ayer sobre los pasos a seguir para lograr la paz en Medio Oriente.
A pesar de las diferencias entre Moscú y Washington en los últimos días, Bush agradeció a Putin por su ayuda en Irán y en Medio Oriente, y sostuvo que "es mucho lo que podemos hacer juntos". Pero por otro lado, en distintos discursos, volvieron a cruzarse sus contrastes en la lectura de la historia.
Los dos gobernantes trataron de mostrarse optimistas tras sus conversaciones en la "dacha" de Putin, 40 kilómetros al oeste de Moscú.Ambos presidentes pasaron por alto las preguntas de la prensa y mantuvieron sus verdaderas discusiones en secreto, de manera que no se repitió el debate rencoroso que se produjo en una conferencia de prensa en febrero, acerca de cómo Moscú trata a sus disidentes y controla el país. "Rusia es una gran nación y espero que trabajemos juntos en los grandes problemas", dijo Bush.
Pese a que Tanto Putin como Bush anunciaron que hablarían acerca de la cooperación mutua en asuntos como la seguridad mundial y la lucha contra el terrorismo, el encuentro también incluyó temas controvertidos, como la venta de armas rusas a Siria o la intervención estadounidense en áreas geográficas de histórica influencia rusa.
Bush dijo que esperaba impacientemente el desfile de hoy en Moscú, en el que participará junto a otros 50 líderes mundiales por las celebraciones de 60º aniversario de la derrota de la Alemania nazi. "Es un momento en el cual el mundo reconocerá la gran valentía y sacrificio del pueblo ruso en la derrota del nazismo", dijo. "El pueblo de Rusia sufrió penurias increíbles, pero el espíritu ruso jamás decayó", enfatizó.
Horas antes, sin embargo, Bush había enviado desde Holanda, donde participó de un homenaje a los soldados norteamericanos muertos en la Segunda Guerra Mundial, un mensaje de exaltación de la libertad que pareció una clara alusión negativa al papel jugado por la Unión Soviética en el pasado.
El diálogo entre Moscú y Washington se endureció en los últimos meses, por lo que Estados Unidos considera como un retroceso de la democracia en Rusia. La tensión subió aún más el sábado, cuando Bush, durante su gira europea, condenó en Letonia la ocupación soviética en el Báltico tras la derrota de Hitler. Estados Unidos nunca reconoció ni aceptó la ocupación soviética de las naciones bálticas y es consciente de su sufrimiento, aseguró el presidente norteamericano.
En tanto, Putin destacó ayer el papel decisivo que jugó la Unión Soviética en la caída del fascismo. "Durante tres años, el ejército soviético luchó casi en soledad", señaló. "Aquí se destruyó el mito de la invencibilidad del ejército fascista", añadió.
enviar nota por e-mail
|
|
|