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 lunes, 09 de mayo de 2005  
Memoria colectiva. El acto en Berlín destacó por la solemne admisión de las culpas alemanas
Europa conmemoró los 60 años del fin de la peor guerra de la historia
El presidente alemán: "Debemos mantener vivo el recuerdo de lo ocurrido y nunca darlo por terminado"

Berlín. - Un día antes de los actos conmemorativos centrales de hoy en Moscú del 60º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, decenas de miles de personas recordaron la victoria sobre la Alemania nazi y rindieron homenaje a las víctimas del conflicto en toda Europa. Con el trasfondo de la creciente polémica entre Rusia y sus vecinos sobre la opresión stalinista que siguió al fin del conflicto, las naciones europeas conmemoraron solemnemente el fin de la peor guerra que ha conocido la humanidad.

En Berlín, escena hace 60 años de la última batalla de la Segunda Guerra Mundial en suelo europeo, las más altas autoridades tomaron parte en un oficio religioso ecuménico y posteriormente, el presidente federal Horst Koehler, el presidente del Parlamento, Wolfgang Thierse, el canciller Gerhard Schroeder, el presidente de la Cámara Alta, Matthias Platzeck, y el presidente del Tribunal Supremo alemán, Hans-Juergen Papier, depositaron ofrendas florales en en la "Neue Wache", un memorial antibélico, ante una estatua que representa a una madre que abraza a su hijo muerto en la guerra.

En el acto ecuménico el cardenal Jens Lehmann dijo que al principio los alemanes no consideraron como una liberación el 8 de mayo de 1945, pero que después, en los decenios posteriores, encontraron su lugar en el proceso de integración de Europa.

El acto principal tuvo lugar en el Reichstag, ante el pleno de las dos cámaras del Parlamento, donde el primer orador fue el presidente del Parlamento, Wolfgang Thierse, quien rindió homenaje a las millones de víctimas del terror nazi y dijo que la forma sincera con que los alemanes tratan hoy su pasado criminal es ya parte "de la identidad colectiva como alemanes".

Posteriormente, el presidente Koehler recordó a los millones de víctimas de la guerra. "Tenemos la responsabilidad de mantener vivo el recuerdo de todo lo ocurrido y preocuparnos de que algo así no ocurra nunca más. Nunca podemos dar por terminado esto". Y agregó: "Nosotros los alemanes miramos hacia atrás aterrorizados y con vergüenza. Recordamos a los seis millones de judíos, asesinados con una energía diabólica".


Marcha neonazi
Los actos oficiales no resultaron opacados por una marcha de neonazis, que fue acordonada por la policía y finalmente se disolvió sin incidentes.

En Moscú, en tanto, el presidente Vladimir Putin, llamó a las ex repúblicas soviéticas a transmitir a las jóvenes generaciones el sentimiento de fraternidad en la batalla por la supervivencia en la Segunda Guerra Mundial.

Pero los preparativos para las festividades de hoy en Moscú quedaron ensombrecidas por la disputa entre Rusia y sus vecinos de Europa Oriental acerca del papel de la Unión Soviética stalinista durante y después de la Segunda Guerra Mundial.


Polonia y Letonia piden justicia
El primer ministro polaco, Marek Belka, rindió homenaje en Varsovia a los soldados del ejército polaco que murieron luchando contra la Alemania nazi, al tiempo que urgió al reconocimiento internacional de su papel en la derrota nazi. "Queremos creer que se dirá la verdad acerca del heroísmo en los años de guerra, pero también acerca de la traición y la pérdida de la soberanía (a manos soviéticas) tras la guerra", advirtió. La presidenta de Letonia, Vaira Vike-Freiberga, declaró que la victoria rusa no supuso la liberación para los bálticos, sino la integración forzosa durante 50 años en la dictadura soviética. Fue una respuesta a Putin, quien ha dicho recientemente que los tres países bálticos "entraron voluntariamente" en la Urss, algo que choca contra toda la evidencia histórica.

La ceremonia hecha en el centro de Londres rindió homenaje a los más de 260.000 británicos caídos durante la guerra o en las bombardeos aéreos de los alemanes. Numerosos veteranos manifestaron su decepción por el modesto y breve acto conmemorativo.

La República Checa, en contraste, conmemoró la derrota nazi con el desfile militar más grande desde la caída del comunismo en 1989. En Austria, unas 21.000 personas conmemoraron en Mauthausen, junto a la localidad de Linz, la liberación por parte de las tropas estadounidenses de este campo de concentración, en el que los nazis asesinaron a más de 100.000 presos.
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Autoridades alemanas homenajearon a las víctimas.

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