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domingo,
08 de
mayo de
2005 |
Metiendo mano. La movida es en Mitre y Córdoba
Una banda de mecheras roba al ritmo de los Pibes Chorros
En una disquería las escrachan con música para alertar a los desprevenidos que pasean por allí
Cada vez que se acercan a los comercios de la zona en la disquería de la esquina empieza a sonar la música de los Pibes Chorros. Se trata de una especie de alerta que impera en el lugar. Cansados de ver cómo actúan las mecheras, los comerciantes las escrachan con música e intentan alertar a los desprevenidos rosarinos que pasean por allí.
Curiosamente, la escena se repite casi a diario en una de las esquinas más céntricas de la ciudad: Mitre y Córdoba. Todos los comerciantes consultados por La Capital no dudaron en aseguran que en el lugar actúa "una banda de mecheras integrada por cinco o seis mujeres" dedicada a llevarse elementos de los comercios y colocar sus manos dentro de carteras ajenas.
"Acá todo el mundo las conoce", asegura una de las vendedoras de una zapatillería que cuenta con un amplio hall de ingreso, donde las mecheras suelen devolver las billeteras vacías de sus víctimas.
De acuerdo a su relato, que convalidan sus compañeras, el modo de actuar de estas mujeres está muy bien aceitado. "Generalmente la más flaquita y chiquita es la que mete la mano en la cartera, las otras rodean a la mujer a la que le van a robar y la distraen con algo".
Cuando la encargada de sacar el botín ya cumplió con su cometido, un hombre aparecerá en escena y se quedará con el dinero. "Lo hacen así porque si la víctima se da cuenta y la denuncia, la policía no les encuentra nada", explica otra vendedora.
Y si de policía se trata, el sólo hecho de dar cuenta a un uniformado de esta situación suele traerles inconvenientes a los comerciantes. "Después las mujeres vuelven y nos gritan cosas, nos amenazan y hasta vuelven a robar y se ríen de nosotras mostrándonos la plata que le sacan a la gente", aseguran las vendedoras.
La actividad de este grupo de mecheras es tan habitual que los empleados de una disquería de la zona cada vez que las ven hacen sonar los acordes de los Pibes Chorros, una banda de cumbia villera que actúa como una especie de alarma para quienes pasean por Córdoba y Mitre.
"Ya las conocemos bien, por eso cada vez que las vemos ponemos ese compact, es para que todos se den cuenta de que están por la zona", explica uno de los empleados de la disquería.
El joven también asegura que es "muy común" sentir los gritos de gente a la que "algunos arrebatadores" le roban sus pertenencias. "Esto siempre fue así".
A metros de la disquería, un quiosco ubicado detrás de un puesto de diarios se convierte en una especie de pasillo en el cual "los pungas" actúan casi con normalidad.
"Ahí la gente se amontona y los tipos meten mano y se llevan las billeteras", cuenta el vigilador de un negocio vecino.
Increíblemente, todo esto sucede a pocos metros de una esquina en la que hay instalada una garita policial y en un sector que suele ser recorrido por un carrito eléctrico donde se movilizan los policías.
Pero la actividad de las mecheras no se reduce sólo a la peatonal Córdoba. En la peatonal San Martín y en la siempre concurrida calle San Luis, su presencia también suele ser diaria. En esa peatonal la realidad es distinta. "Acá suelen pasar bastante seguido. Más que punguistas las que andan dando vueltas son mecheras", asegura Cristian, el vendedor de un local de San Martín casi Córdoba que se especializa en indumentaria para trekking.
Es más, en el local están tan cansados de que les lleven mercadería que todas las camperas que se exhiben están atadas a las perchas.
En calle San Luis los comerciantes están sorprendidos. "Acá hace algunos días que no vienen, debe haber pasado algo", dice una de las chicas que atiende en el local de San Luis y San Martín. Allí, la mercadería que se exhibe en la vereda "es la de menor valor, porque cada dos por tres nos cortan las sogas con que las atamos y se llevan algo", asegura la encargada.
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