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sábado,
30 de
abril de
2005 |
Instantánea
"A Rosario le ha costado aceptar que tiene una ciudad linda", afirma el arquitecto Ramón Gutiérrez, ex rosarino y estudioso de la arquitectura local. En ese aspecto asegura que se han perdido "espacios urbanos importantes", como el antiguo bulevar Oroño, o la avenida Pellegrini, pero reconoce que la conciencia patrimonial fue acrecentada en los últimos años. Gutiérrez propone interpretar el valor patrimonial desde la perspectiva del bien común. "La fachada de mi casa es también el espacio urbano que los demás van a vivir, la calidad de vida de la ciudad, el significado de los espacios. Si cuido mi edificio, o el jardín de enfrente, estoy ayudando a tener una ciudad más linda. Es la diferencia entre la actitud del individuo que piensa en sí mismo y el que se piensa también en relación a los demás". Gutiérrez cree que esa noción está en falta, pero que además habla de carencias previas. "Si pensamos en la cantidad de gente que no participa de la vida urbana, sino de situaciones absolutamente marginales, estamos en una ciudad que tiene asignaturas pendientes, cosas que resolver que no son sólo las del patrimonio, las de la belleza de la ciudad, sino problemas sociales y culturales".
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