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| domingo,
17 de
abril de
2005 |
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Un tatengue agrandado
El gobernador Jorge Obeid nunca disimuló su condición de tatengue fanático. Anteayer, durante una recorrida por la Gran Muralla China, el jefe del Estado santafesino privilegió la pasión que experimenta por "su" Unión a la recorrida turística a través de una de las grandes maravillas del mundo. Es que al parecer el mandatario ya sació su interés por la monumental obra arquitectónica en un viaje anterior, que realizó en compañía del presidente Kirchner. Y entonces, optó por tomarse una fotografía frente a la megalítica construcción luciendo con orgullo la camiseta albirroja a rayas verticales. Horas más tarde, en el agasajo que se brindó en la Embajada argentina a los integrantes de la delegación de la Región Centro el Turco no dejó de exhibir un llavero en el cual había hecho colocar el histórico retrato. Agrandadísimo, Obeid aseguraba a quien quisiera escucharlo que no había traído la casaca dentro de su equipaje, sino que la había adquirido en un quiosco cercano a la muralla. ¿Alguien le habrá creído?
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Todo va sobre rieles
No fueron pocos los comensales de una coqueta parrilla situada en la remozada costa central rosarina que se arrimaron a charlar ayer con su dueño, que estaba preocupado por los severos controles de caja que dispuso la Municipalidad para controlar el cumplimiento del canon fijado en el contrato de concesión. Pedro, como le dicen afectuosamente los habitués, mostraba consternado el elegante salón con vista al río y que alberga maravillosas reliquias del pasado ferroviario de la ciudad. La inversión realizada se refleja en un ambiente cálido, donde los mejores vinos se hermanan con platos de alta cocina internacional y criolla. Solidarios, algunos clientes que ya son casi amigos intentaban explicarle al compungido propietario que el contralor es mera rutina. Y que el restaurante ocupa un puesto destacado entre los numerosos atractivos gastronómicos que le dan brillo a Rosario.
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Nadador en tierra firme
Cansado de sufrir accidentes durante la cotidiana práctica de su deporte favorito, la natación, el subsecretario de Cultura de Rosario ha cambiado de táctica. En efecto, Juan José Giani -siempre delgado como un fakir- ahora despliega toda su energía en el "footing". Y así, es posible contemplar su estilizada figura a lo largo de la arbolada costa central rosarina, exhibiendo un estado físico envidiable si se toma en cuenta su "métier", que es la política. El asegura que son años de correr la coneja. Y se nota.
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La interna está que arde
Ya se sabe que la especialidad de la Unión Cívica Radical son las disputas intestinas, dicho esto último sin ninguna doble intención. El último dilema que saca chispas en la versión provincial del centenario partido es si va en soledad o acompaña al poderoso socialismo en las próximas elecciones legislativas. Y la cosa, dicen, viene pesada. Un equipo cuya línea de cuatro está integrada por los recios defensores Boasso, Trigueros, Paredes y Samardich promete dar dura lucha mañana para impedir una recreación de la Alianza: al que quiera pasar, parece, le van a dar leña. ¿Y si llevan un árbitro? |
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"La Argentina marcha hacia la africanización"
Marcos Aguinis
Novelista y ensayista
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Rainiero, el trigésimo príncipe de Mónaco
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