| sábado, 05 de marzo de 2005 | Magia en cuentagotas El Mago Coria entró al court central del Buenos Aires mirando hacia los costados. Es que el gran sueño de jugar la Davis en casa empezaba a tomar forma. Claro que para que todo fuera feliz había que ganarle al pibe Tomas Berdych, a quien Guillermo conoce muy bien porque lo enfrentó hace muy poco en la primera ronda del abierto de Australia (6/2, 6/4 y 6/0 para el top ten).
Todo parecía encaminado pasada la media hora cuando Coria abrochó en 34 minutos el primer parcial por 6/3, pero la amenaza latente de Berdych quedaría corporizada en el segundo parcial, porque es un lancero de aquellos que cuando adquiera regularidad, puede dar que hablar.
El Mago perdió la paciencia de tanto soportar que el checo le pegara de la misma forma a todo lo que le pasaba cerca y también perdió su tenis.
Excusas más, limitaciones menos, el europeo se quedó con el segundo en 37 minutos por 6/3 y a empezar de nuevo.
El nuevo partido no pudo ser mejor para Coria que se llevó el tercero por 6/0. Mentiroso, pero trascendente para lo que vendría. Fue mucho más parejo que lo que indica el lapidario 6/0. Ya con el público como aliado, el Mago sufrió mucho para quebrar a su rival en el cuarto y recién pudo hacerlo en el octavo game. Después, sacó para partido y lo definió en el segundo match point.
Festejó de rodillas un triunfo lógico y hasta hartamente previsible. enviar nota por e-mail | | |