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 domingo, 13 de febrero de 2005  
60 años. La ciudad barroca alemana fue borrada del mapa por intensos bombardeos aliados en la Segunda Guerra
El dantesco bombardeo de Dresde sigue generando posiciones irreconciliables
Los habitantes del ex centro cultural enfrentan la paradoja de recordar el infierno sin presentarse como víctimas

Apenas tres meses antes del fin de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad alemana de Dresde, una de las más bellas del barroco europeo, fue destruida en la noche del 13 al 14 de febrero de 1945 por un masivo bombardeo aéreo aliado. Estaba habitada entonces por unas 600.000 personas, en su mayoría civiles.

La cantidad de muertos nunca pudo ser determinada con precisión. Las estimaciones más serias cifran el número en unas 35.000 personas. Una superficie de doce kilómetros cuadrados de la ciudad fue totalmente arrasada, los escombros sumaron diez millones de metros cúbicos.

La "antigua Dresde", bautizada por el poeta Johann Gottfried Herder como la "Florencia alemana" por la belleza de sus construcciones barrocas, dejó de existir. Unas 25.000 casas y 90.000 viviendas fueron destruidas por el fuego.

El ataque previsto para la mañana del 13 de febrero fue suspendido por un cielo cerrado de nubes bajas. Poco antes de las 22, hora local, se aproximaron sin embargo unos 800 bombarderos británicos Lancaster y nueve del tipo Mosquito para soltar su carga mortal.

En dos oleadas de bombardeo fueron lanzadas 1.478 toneladas de explosivos y 1.182 toneladas de bombas incendiarias.

Al día siguiente volvieron a atacar la ciudad envuelta en llamas 311 bombarderos B-17 estadounidenses con 771 toneladas de bombas, y un día después, otras 210 máquinas del mismo tipo con 463 toneladas de explosivos. Otros dos ataques contra Dresde se registraron en marzo y abril de 1945.

Dresde fue bombardeada ocho veces por aviones aliados entre el 7 de octubre de 1944 y el 17 de abril de 1945. Los bombardeos de febrero se contaron entre los más graves sobre una ciudad alemana durante la Segunda Guerra Mundial.

La mayoría de las víctimas, muchas de ellas refugiados de otras áreas bélicas, murió en el fuego desatado por las bombas. Muchos de los edificios históricos destruidos fueron vueltos a erigir según los planos originales. La célebre iglesia Frauenkirche, que se derrumbó el 15 de febrero, fue reconstruida tras la reunificación alemana.


Enfoques irreconciliables
Desde hace 60 años, Dresde se une en el recuerdo del infierno vivido en la noche del 13 al 14 de febrero de 1945. El recuerdo, sin embargo, tiene distintos móviles que llegan a ser hasta irreconciliables. La capital de Sajonia mantiene sin resolver el dilema de cómo hacer memoria por haber sido víctima, asumiendo al mismo tiempo la responsabilidad colectiva del nazismo y además buscar la reconciliación hacia el futuro.

"Sesenta años recordando la destrucción de la ciudad y los 35.000 que perecieron son al mismo tiempo seis décadas de controversia y de intentos de manipulación política", reconoce Matthias Neutzer, uno de los organizadores de diversos actos de memoria.

El debate irresuelto es cómo recordar a las víctimas del bombardeo sin caer en el "victimismo", como lo definió el filósofo Kurt Flasch, refiriendose a "un aspecto horrendo pero sin duda secundario de la historia".

Ese "victimismo" es el que aprovechan ahora agrupaciones neonazis y de extrema derecha, como el Partido Nacionaldemócrata (NDP), que hace pocas semanas generaron un escándalo en el parlamento regional de Sajonia al hablar del "holocausto de los bombardeos aliados", buscando equipararlo con el genocidio cometido por el régimen nacionalsocialista contra los judíos de Europa.

El ambiente en la ciudad es tenso. Diversas organizaciones de extrema derecha convocaron para este domingo a una "gran marcha fúnebre", que será contestada por una serie de contramanifestaciones convocadas por todo el espectro social y político de la ciudad y que estarán encabezadas por parte del gobierno nacional.

El alcalde de Dresde, el político liberal Ingolf Rossberg, recordó que la población debe asumir el rol histórico. "Dresde no era una ciudad inocente. En febrero de 1945 era el mayor centro de la industria militar alemana que aún existía. Por supuesto que es legítimo plantearse si no había alternativa posible a la cruenta lógica militar de devastar el centro civil de la ciudad".

Al mismo tiempo, viejos opositores al nacionalsocialismo recuerdan ahora cómo las víctimas del régimen de Hitler reaccionaron en aquella época con júbilo a los bombardeos, viendo que el ejército alemán ya no podía reaccionar a un ataque aéreo.

Los vejados prisioneros en el campo de concentración nazi en Theresienstadt, en el vecino territorio checo, vieron en el bombardeo una esperanza. "Lloramos de alegría cuando vimos el horizonte rojizo iluminado por las llamas. Dresde ardía, los aliados estaban cada vez más cerca. Fue un momento muy fuerte para todos los que estábamos en el campo de concentración", recordaría años después un sobreviviente del holocausto. (DPA)
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Dresde en la actualidad. Algunos edificios copiados de planos originales.

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