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 sábado, 12 de febrero de 2005  
¿Le tocará el turno a Irán?

George Jahn

Vienna, Austria. - La nueva potencia nuclear es hoy Corea del Norte. ¿Le tocará mañana el turno a Irán? La imposibilidad de impedir que Pyongyang elaborase armas nucleares parece ser un reflejo de los fallos que presenta el actual sistema de no proliferación nuclear, basado en amenazas, coacciones y promesas, en la tarea de impedir que cada vez más países obtengan dichas armas.

De entrada, el ejemplo de Pyongyang parecería aplicable a Teherán, y quizá a otras naciones que esperan entre bastidores con actividades nucleares clandestinas. Al igual que Irán, Corea del Norte ha explotado los temores acerca de sus ambiciones nucleares para obtener concesiones internacionales. Al igual que la República Islámica, el gobierno de Pyongyang sostuvo negociaciones intermitentes hasta romper luego con el resto del mundo y fabricar una bomba atómica.

Pero un examen más detallado de la situación permite albergar esperanzas de que otros países no seguirán automáticamente los pasos de Pyongyang. El nivel de las amenazas es una consideración clave. Durante años, el régimen norcoreano pareció convencido de que iba a ser invadido por EEUU o de que iba a ser blanco de un ataque nuclear. El aislamiento del país alentó tales preocupaciones hasta el extremo que cuando su gobierno declaró el jueves que posee armas nucleares, justificó ese paso diciendo que era sólo una respuesta a las amenazas de EEUU "con un garrote nuclear".

Un alto funcionario de la Agencia Internacional de Energía Atómica -la dependencia de la ONU que fue expulsada de Norcorea hace dos años- dijo que la acción de Pyongyang era típica de un país que "siente que no tiene otra alternativa que adquirir armas nucleares". Pero agregó que "sólo se llegará a ese extremo si el país se siente totalmente inseguro y sin otras opciones", dijo el funcionario, que habló con la condición de no ser identificado.

Irán no ha llegado todavía a ese punto. Se trata más bien de una potencia regional de casi 70 millones de habitantes, que no tiene en sus fronteras a ningún país enemigo, a diferencia de Norcorea, cuyo ejército enfrenta a soldados surcoreanos y estadounidenses. El vecino Irak, que durante la época de Saddam Hussein se involucró en una guerra contra Irán, está ahora sumido en una grave agitación interna.

Si bien existe un peligro de ataque -tanto Israel como EEUU han rehusado excluir la posibilidad -, esa amenaza no haría sino aumentar en caso de que Irán rompiese sus actuales negociaciones con Europa y decidiese elaborar clandestinamente una bomba atómica. (AP)
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