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 sábado, 12 de febrero de 2005  
Peligroso armamentismo. La crisis con el régimen comunista de Pyongyang
EEUU reaccionó con moderación a la amenaza nuclear norcoreana
El gobierno de Bush evitó por el momento la retórica belicista y quiere resolver la disputa por la vía diplomática

Washington. - EEUU reaccionó con una tranquilidad que llamó la atención a la confesión pública de Corea del Norte de que cuenta con armas nucleares. El jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, se declaró "preocupado"; el portavoz del presidente George W. Bush, Scott McClellan, dijo que Corea del Norte no había dicho "nada nuevo", y la secretaria de Estado Condoleezza Rice calificó el anuncio norcoreano de "desafortunado". Todos estos comentarios son extremadamente moderados si los comparamos con la reciente retórica belicista estadounidense hacia Irán, que hasta el momento no se ha ufanado de poseer armas atómicas.

La actitud moderada de EEUU hacia el régimen del líder norcoreano Kim Jong Il, que ya se había reflejado en el reciente discurso de Bush sobre el estado de la Unión, tiene varios motivos. Por un lado, Washington apenas tiene otra opción en estos momentos. Una acción militar contra Corea del Norte está descartada, y China, país en el que Washington ha depositado la mayor parte de sus esperanzas cuando se trata de resolver el conflicto por la vía diplomática, no quiere que se impongan sanciones económicas a Pyongyang, ya que teme que, en caso de un colapso económico del vecino país comunista, tenga que absorber un gigantesco flujo de refugiados.

Por añadidura, el anuncio de Corea del Norte efectivamente no contiene nada nuevo para Washington. Hace tiempo que EEUU está convencido de que Corea del Norte posee armas nucleares e incluso dispone, según sus propias afirmaciones, de "pruebas casi totales" de la entrega a Libia de material nuclear norcoreano apto para la fabricación de armas atómicas.

Tampoco es la primera vez que Corea del Norte se precia de su programa para el desarrollo de armas atómicas. "Para el gobierno de Bush, es la misma crisis a la que ya tuvo que enfrentarse en el pasado", comenta Charles Pritchard, ex emisario especial estadounidense para las negociaciones con Corea del Norte.

Por el contrario, lo que sí ha sorprendido a Washington, según admiten funcionarios gubernamentales estadounidenses, es el hecho de que Corea del Norte haya suspendido oficialmente, aunque sólo de forma temporal, su participación en las conversaciones multilaterales sobre el cese de su programa nuclear.


Maniobra política
Hasta ahora, Washington estaba convencido casi con total seguridad de que Corea del Norte quería volver a la mesa de negociaciones después de un paréntesis de ocho meses. Ante esta situación y dado el momento escogido por Pyongyang para anunciar su salida de las conversaciones multilaterales, no se descarta en medios del Departamento de Estado norteamericano que se trata de una nueva maniobra táctica del régimen de Kim Jong Il para forzar a EEUU a hacer concesiones como el inicio de un diálogo bilateral y el ofrecimiento anticipado de garantías de seguridad.

Sin embargo, esas demandas norcoreanas ya habían sido rechazadas rotundamente por Washington en el pasado. "Al igual que antes, nosotros no vamos a caer en este juego", afirmó un funcionario del gobierno norteamericano. "Corea del Norte quiere crear pánico, y si reaccionáramos con pánico, le estaríamos justamente haciendo el juego", agregó el funcionario.

En términos generales, EEUU mantiene la esperanza de que sea posible meter en cintura a Corea del Norte por la vía diplomática y mediante presiones internacionales. Al mismo tiempo, sin embargo, el anuncio de Pyongyang ha incrementado la presión sobre el gobierno de Bush.

Este se ve obligado ahora a explicar nuevamente por qué su actitud hacia Corea del Norte es diferente a la que mantiene respecto a Irán, Pakistán o la India, por ejemplo, y sobre todo por qué dirige sus amenazas bélicas justamente a aquel país, de los tres que forman parte del "eje del mal", que no está desarrollando un programa para la fabricación de armas nucleares. Este hecho, según comentó ayer el New York Times, seguramente no ha dado motivo a Corea del Norte para renunciar a sus armas nucleares. (DPA)
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Manifestantes surcoreanos queman una imagen de Kim Jong II.

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