| sábado, 12 de febrero de 2005 | Propuestas que atienden a distintas realidades Fernando Onetto es licenciado en filosofía de la Universidad del Salvador y coordina el Programa Nacional de Convivencia Escolar del Ministerio de Educación de la Nación. Es uno de los referentes que la provincia de Santa Fe tendrá en cuenta para la elaboración del proyecto propio. La Capital lo consultó acerca de cuáles son las prioridades para atender a esta problemática.
Para Onetto uno de los aspectos más importantes a la hora de atender un plan de convivencia escolar es incorporar el contexto: "Los temas se tienen que poner en función de los problemas y esto supone un trabajo conjunto de las autoridades provinciales con los que tienen la responsabilidad de la gestión".
"Esto es un principio que después deberá bajar a las escuelas, es decir que se contemplen las diferencias. No es lo mismo una institución rural, otra urbana que aquella de alto grado de vulnerabilidad social", apuntó el autor del libro recientemente editado por Novedades Educativas, bajo el título "Climas educativos y pronósticos de violencia".
Otro punto importante, señala Onetto, es que el destinatario del programa no sea un mero receptor sino que lo construya a partir de sus propias condiciones.
"Si bien el tema de la convivencia es más amplio, el área de influencia del Ministerio de Educación son las escuelas. De nada serviría quejarse de los medios, la familia, etcétera, ya que es importante que cada uno pueda ser observador de sus prácticas: un directivo de su gestión, los alumnos sobre las prácticas de interacción", aclaró.
El especialista está convencido que la escuela puede hacer esa diferencia y ser agente de transformación de la convivencia.
-¿Qué aspectos son prioritarios para que se pueda modificar las convivencias con situaciones conflictivas?
-Un indicador importante es la calidad de la comunicación, donde los mensajes se traduzcan en acciones que desemboquen en acuerdos cooperativos. Hay que repartir más la voz. Por otra parte, la escuela también tiene que abandonar el paradigma del enjuiciamiento para entender los procesos, ya que se escolariza todo y no se termina entendiendo todo.
-Muchas veces la queja es que se exige mucho a la institución escolar, teniendo que dejar de lado aprendizajes prioritarios.
- Es cierto que el espacio es siempre el mismo y las demandas son cada vez mayores pero una opción de diseño, por ejemplo, es utilizar esas jornadas de perfeccionamiento que ya se realizan, o repensar las entrevistas con alumnos o los padres. Hay que ensayar innovaciones y mejorar la calidad de los vínculos.
-¿No es exigirle cada vez más al docente, quien en la mayoría de los casos está ya está al frente de estas problemáticas?
-Los programas apuntan a darle apoyo, como por ejemplo materiales con herramientas para poder actuar sobre el tema. Pero es él que tiene que posicionarse como sujeto de decisión y atender entre lo meramente disciplinar y también lo relativo a la convivencia. No hay situaciones definitivas, sino mejoras progresivas. Un pequeño cambio en una entrevista puede ayudar a resolver los problemas. enviar nota por e-mail | | |