Al volante. En 1996 hubo 161 fallecidos en Rosario, mientras que el año pasado se registraron 68

Los muertos en accidentes de tránsito bajaron un 60%

Sin embargo, hay más choques sin lesionados por el aumento del parque automotor y la circulación

Pablo R. Procopio / La Capital

Los muertos por accidentes de tránsito en Rosario son cada vez menos. En los últimos 9 años bajaron a más de la mitad (un 60 por ciento), pero los choques sin lesionados van en franco crecimiento a la par de un aumento del parque automotor y la circulación vehicular. En 1996 se registraron 161 fallecidos en las calles de la ciudad, mientras que el año pasado hubo 68. No obstante, en 2004 hubo un 15 por ciento más de colisiones que durante 2003. Y si bien descendió la velocidad promedio de los vehículos, existe todavía un importante porcentaje de personas que conducen alcoholizadas. Estas dos situaciones son temas clave a la hora de mejorar las conductas de los rosarinos al volante y evitar accidentes.

En los últimos días varios episodios pusieron nuevamente sobre el tapete esta problemática. En la madrugada del domingo pasado un automóvil atropelló a dos mujeres y mató a una de ellas en Pellegrini y Francia. Los testigos dijeron que el conductor iba "rápido y alcoholizado". En tanto, anteayer hubo cinco heridos al chocar otro auto y una motocicleta sobre bulevar Oroño en el parque Independencia. También aquí la alta velocidad sumada a una infracción (giro en U) fue el disparador del encontronazo.

Esto no es todo. La imprudencia de apretar el acelerador a fondo volvió a ponerse de moda entre políticos y funcionarios, quienes lejos de dar el ejemplo cometen groseras irregularidades. El presidente de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, Rafael Gutiérrez, fue sorprendido el 3 de enero pasado en una ruta uruguaya conduciendo a 163 kilómetros por hora cuando la máxima permitida es de 90 (ver aparte).

"Los datos estadísticos muestran de manera gráfica cuál es la situación general de la ciudad", dijo a La Capital la directora de Tránsito, Hebe Marcogliese. A partir de acciones concretas, la Intendencia busca reducir las causas de los accidentes, y en materia de muertes "se ha logrado un resultado muy positivo", agregó la funcionaria.

En 1996, los registros oficiales hablan de 161 personas fallecidas en diferentes colisiones viales. No obstante, el año pasado esa misma estadística arrojó 68. Esto significa una reducción cercana al 60 por ciento.

"Se han hecho controles sobre las causantes de las muertes establecidas en función del exceso de velocidad, los conductores alcoholizados y la falta de uso de los cinturones de seguridad", expresó el subdirector de Tránsito, Gustavo Peirano. "Estas son las infracciones más comprometidas en una muerte", agregó Marcogliese, sin dejar de recordar el cruce de semáforos en rojo, que se encuentra en un segundo escalón. Así, Rosario tiene un muy buen índice de víctimas fatales en comparación con el resto de la provincia. En todo el territorio santafesino hubo durante 2004 un total de 627 muertos.

Pero los funcionarios reconocen que "jamás se va a estar bien, porque una sólo persona fallecida es mucho".

Con todo, el mayor causante de los accidentes fatales es el alcohol. Está presente en un 60 por ciento de ellos.

Pero los números en Rosario no son todos favorables. Cuando de choques sin lesionados se trata, los estadísticas no son del todo halagüeñas. En rigor, "están relacionadas con un incremento del flujo de vehículos", sostuvo el director de Ingeniería de Tránsito municipal, Santiago Tazzioli. Así, suele haber más desorden en el mismo espacio, que siempre es fijo. "Por eso, aumentan estos accidentes", subrayó Marcogliese.

Los accidentes sin heridos aumentaron el año pasado en un 15 por ciento aproximadamente respecto del 2003. Ahora bien, si se compara sólo el mes de diciembre (paradigmático en función de la proximidad de las fiestas) el resultado es que hubo un incremento terrible de accidentes entre 2003 (4.115) y 2004 (5.126), según el Sistema Integrado de Denuncias de Accidentes de Tránsito (Sideat).

El coordinador general del Sideat, Juan José Pascual, señaló que los controles se deben hacer "para enseñar y no para recaudar". Además remarcó: "Este tipo de políticas deben tener una continuidad en el tiempo; no porque hoy se haga prevención va a haber resultados mañana".

Para el funcionario, "los rosarinos manejan muy mal porque tienen la cultura de que acá no pasa nada". Y aportó: "La mayor cantidad de colisiones se da de día y en horarios laborales". Es más, son protagonizadas por personas que trabajan con sus vehículos, como los taxistas.

Para Tazzioli, "la circulación implica accidentes como subproducto no deseado", por eso "hay que controlarlos de alguna manera", añadió. "Las medidas más eficaces están orientadas al control de velocidad, de alcoholemia, cruce de semáforos en rojo y la onda verde", dijo. Respecto de este último punto estimó que tienen que ser más "amplias y sincronizadas".

Según el funcionario municipal, en la actualidad la gente maneja "de forma más fluida y hay menos excesos de velocidad, menos tripulantes alcoholizados y menos cruces en rojo".

El especialista puso de manifiesto que desde 2001 (a partir de que se comenzó a fotografiar a quienes traspasan las esquinas con la luz roja) hasta la fecha, "hubo una disminución del 25 por ciento de estas infracciones".

Es más, según informaron en Tránsito, desde 1997 se registró un paulatino descenso de velocidad promedio en infracción. En aquel momento era mayor a 90 kilómetros horarios y hoy alcanza los 71.

Sin embargo, al haber aumentado la circulación, se producen más choques como relación directa. Pero Tazzioli consideró que a raíz de los controles los encontronazos son menos violentos: "Desde hace cinco o seis años los heridos graves han disminuido en un 25 por ciento".

Así y todo, dijo que "un 14 por ciento de los tests de alcohol positivos es bastante alto". Esa cantidad se desprende de un análisis hecho en base a las últimas siete mil pruebas. Más aún, para el el funcionario es necesario aumentar las detecciones de alcohol en las calles. Por el momento, la Intendencia cuenta con tres alcoholímetros, aunque pronto se agregará otro.

Finalmente, la avenida de Circunvalación sigue siendo una arteria problemática. Allí la velocidad promedio es de 90 kilómetros y la máxima se estableció en 60. El gobierno provincial no autorizó aún la instalación de radares. "Cuando vuelvan a implementarse, seguramente va a bajar", calculó Marcogliese.

En diciembre de 2004 hubo 5.126 accidentes sin lesionados.