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 domingo, 09 de enero de 2005  
Sectores. El año pasado se duplicó la superficie permisada. Los empresarios consideran que la demanda, con cambios, seguirá firme
La construcción por ahora no encuentra techo
Referentes de la actividad consideran que, más allá del boom, hay un mercado estructural para atender

Sandra Cicaré / La Capital

El boom de la construcción que registró Rosario el año pasado no fue un eufemismo sino una realidad palpable. En todo el año se otorgaron permisos de edificación para 3.256 unidades, lo que representa alrededor de 740 mil metros cuadrados, un 40% más que en 2000, cuando se autorizó la construcción de las dos grandes superficies comerciales que hoy están instaladas en la ciudad.

La tendencia, expresada a través de los números oficiales que aporta la Dirección General de Obras Particulares de la Municipalidad de Rosario, es un correlato casi perfecto con la sensación térmica que se vive en el sector. De hecho, los empresarios del rubro dieron cuenta de un sustancial crecimiento durante 2004 respecto de años anteriores y prevén que esta tendencia durará al menos en ese 2005 que recién arranca.

El crecimiento de las superficies permisadas en la ciudad durante 2004 fue superior a la de 2003 en todos los meses del año, con excepción de enero.

Por otra parte, las cifras dan cuenta de los fenómenos de estacionalidad que tiene la actividad, que en este caso cifra sus picos en los meses de septiembre y octubre.

Por caso, en ambos meses de 2004 se otorgaron permisos de obra por 67.775 y 79.881 metros cuadrados respectivamente.

Lo notable es que a diferencia de 2003, cuando noviembre y diciembre hicieron una curva negativa, el año pasado cerró un comportamiento inusualmente alcista.

Las proyecciones de la Dirección de Obras Particulares al 31 de diciembre revelan que en ese mes se otorgaron permisos de obras por 90.706 metros cuadrados.

"Tuve una mejora en estos últimos dos meses, un repunte en noviembre y diciembre", explicó Gonzalo Espíndola, titular de Grupo Uno y Gaudí Construcciones, quien además es secretario de la Asociación de Empresarios de la Vivienda de Rosario, una entidad que reúne a los constructores dedicados a la obra privada.

El presidente de esa asociación, Mario Ulanovsky, coincidió en señalar que "la actividad fue buena a lo largo de todo el año" pero se mostró cauto a la hora de pronosticar si esta demanda va a tener un techo.

De todos modos, los empresarios son optimistas respecto de lo que ocurrirá este año. Jorge Carpman, de Fundar Construcciones, argumentó que "la industria está sana, trabaja sobre demanda real y aunque coyunturalmente pueda haber sobreofertas, está acompañando el proceso".


Cifras que se duplican
La comparación anual de los metros cuadrados registrados en 2004 con los de 2003 dan cuenta de un crecimiento superior al 50%, que no sólo se expresa en la superficie autorizada, sino además en la cantidad de unidades. Así, en 2003 la cantidad de permisos de edificación (incluida la moratoria) alcanzaron los 480 mil metros cuadrados, divididos en 2.701 unidades; mientras que en 2004 la superficie proyectada tocaría los 740 mil metros cuadrados, representados en 3.256 unidades.

De todos modos, para la Dirección de Obras Particulares un parámetro más claro para comparar el crecimiento de la actividad es el año 2000, cuando esta dependencia otorgó los permisos de edificaciones de los dos shoppings que se instalaron en la ciudad (Alto Rosario y Portal Rosario).

A la hora de hacer un análisis cualitativo, las estadísticas indican que la obra nueva siguió durante 2004 liderando el crecimiento de la actividad.

En octubre del año que finalizó se otorgaron permisos por 79.881 metros cuadrados, de los cuales las ampliaciones no alcanzan los 30 mil. El resto pertenece a lo que está encuadrado como obra nueva (que incluye demoliciones y circular 34 y regulaciones).

Esta tendencia se repite en el resto de los meses, donde las ampliaciones no llegan a la mitad del total de los permisos de construcción del mes.

Si la comparación se realiza contra el año 2003, los números dan cuenta de un crecimiento en todos los meses, de la cantidad de ampliaciones, pero este misma tendencia y aún con más fuerza, se da en el porcentaje de obras nuevas.

"Vemos mucha construcción de viviendas nuevas", señaló el titular de la Cámara de la Construcción de Rosario, Gustavo Gardebled, quien explicó este fenómeno por "el crecimiento vegetativo, las migraciones, el deterioro de las viviendas ya existentes y el mejoramiento del estándar de vida, que demandó las inversiones que se están realizando".

El empresario aportó un dato. Sólo en el macrocentro de Rosario están en construcción 150 edificios de más de diez pisos y hay unos 1.000 en toda la ciudad si se computan casas individuales y countries".

A eso también se le suman las reformas significativas en muchas viviendas existentes.


De dónde viene la plata
Lejos de pensar en estancamiento, los empresarios prevén que el año que arranca vendrá con buenas perspectivas, aunque con inversiones que ya no estarán atadas al dinero proveniente del sector agropecuario -que seguirá estando activo- sino a clientes que recompusieron su capacidad de compra y demandan bienes.

"Notamos la presencia de muchos clientes directos", dijo Ulanovsky, para quien, además de los tradicionales inversores y además del dinero que llega del campo, "existen fondos de gente que ante la ausencia de otras opciones financieras optan por inversiones productivas como la construcción".

Oscar Metzgar (de la empresa Ingeniero Metzgar y Asociados), aseguró que "el campo ayudó mucho en la cima de la actividad, y pese a que la rentabilidad de ese sector aflojó durante el año, la demanda sigue en pie".

Rosario recibió los beneficios de su hinterland agroindustrial en forma directa. Así "cuando la soja estaba a 700 pesos los chacareros venían, invertían y compraban cualquier cosa en la ciudad", explicó Ricardo Rubín, también integrante de la cámara y vinculado no sólo con la industria sino con el comercio a través de la actividad inmobiliaria.

El empresario comentó que mucha gente tomó a la construcción como el destino cierto para sus inversiones. "Hubo gente que compró cuatro o cinco departamentos de contado en un mismo edificio y luego los dejó cerrados. Ante la consulta de por qué hacía eso respondían que en lugar de dejar la plata en el banco la colocaban en ladrillos".

En la Municipalidad estiman que, cuando se cierren los números definitivos de 2004, se verá "la inversión privada en la construcción duplicó al presupuesto municipal (315 millones de pesos) superando los 700 millones".
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