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 domingo, 09 de enero de 2005  
candi
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-Hace apenas unas horas hablamos de las fobias, Inocencio. ¿Lo recuerda?

-Claro. ¿Usted a qué le tiene fobia, Candi?

-Yo tengo muchas fobias. Le tengo fobia a ciertos políticos, por ejemplo, y también fobia a viajar en avión. No me iría a las bellas playas de México ni aun cuando me regalaran el viaje. Bueno, pero dejemos esto y vayamos a lo importante. La psicóloga y psiquiatra Noemí Kossoy nos ha regalado un breve trabajo sobre fobias que quisiera compartir con los lectores. Creo que servirá incluso para algunos psicólogos y estudiantes de psicología. Dice: "La fobia cuestiona al hombre en su ser-en-el-mundo de una manera a la vez dramática y física, porque implica al cuerpo de una manera intensa y paroxística. El pánico se apodera del cuerpo bajo la forma de un «ataque» psicofisiológico del cual resulta imposible protegerse, desorden del cuerpo que se correlaciona con algo insoportable a la mirada. El «objeto fóbico» es lo que no puedo ver sin que me provoque angustia. Históricamente, la «rabia» forja la primera fobia de la medicina: la hidrofobia, aversión al agua, signo patognomónico de dicha enfermedad desde 1314. Pero a comienzos del siglo XIX, la fobia a la luz o fotofobia abre el cortejo de las fobias «censadas» por la psiquiatría (1812). Le siguen la agorafobia (1873) o miedo a los espacios abiertos y la claustrofobia (1879) a los espacios cerrados. Luego sigue la ereutrofobia o miedo a enrojecer (1899) y la dismorfofobia. Así se puede seguir con la lista de fobias, con sus pomposos nombres griegos".

-¿Qué es la dismorfofobia?

-Es la preocupación excesiva por un defecto corporal mínimo o por defectos imaginarios corporales. Pero sigo con lo que dice la doctora Kossoy sobre las fobias: "Freud, por ejemplo, las enumera amontonadas y sin ningún orden: la fobia a la oscuridad, al aire libre, a los lugares abiertos, a los gatos, a las arañas, a las orugas, a las víboras, a las ratas, a las tormentas, a las puntas filosas, a la sangre, a los espacios cerrados, a las muchedumbres, a la soledad, a pasar por un puente, a los viajes en el mar y por tren, etcétera. Enumera este catálogo como si dijera: !Basta! y agrega, irónicamente: si al menos fueran sólo diez, como las plagas de Egipto...Porque lo que los inventarios eluden contestar es qué es la fobia. Las fobias se ocultan en ese pulular y los que las investigan se ahogan en su abigarramiento, a la vez que esos nombres aparentemente científicos oscurecen el problema. Sabemos que a veces nombrar es un modo de impresionar, de hacer creer que se sabe. Pero en realidad, este enjambre de miedos, esta diversidad tan numerosa, lo que oculta es su repetitiva monotonía, porque lo que revela el psicoanálisis es que los miedos sirven para inmovilizar a la angustia".

-Es muy buena esa frase, muy buena: "Los miedos sirven para inmovilizar a la angustia"

-Sí, Kossoy dice que "el miedo oculta la angustia, está hecho para eso. El hombre no es «un animal miedoso», el miedo no es en él un instinto eficaz, como en los animales, aunque sería deseable que así fuera, para mayor seguridad de los niños. Por eso mismo, es revelador el momento en que ellos aparecen, de pronto, en la vida de un niño, como pesadillas hasta como fobias. La aptitud para el miedo es una adquisición del desarrollo de una persona, y es correlativo de la angustia. Entonces -reitera- la extrema diversidad de miedos hacen de pantalla a la angustia. Son una construcción protectora, una especie de fachada. Tengo miedo a los gatos, por ejemplo, me dan angustia; pero el miedo al amenazarme, me protege de lo peor, la angustia pura". Luego de otras consideraciones sostiene que en el posmodernismo "las oportunidades de sentir temor no sólo no han disminuido sino que se multiplican. El sujeto se siente permanentemente amenazado por el «otro social», que tomó el lugar del padre, al que le exige protección (otro encarnado en el Estado, por ejemplo). El «fóbico posmoderno» exige del «otro» que actúe como antídoto contrafóbico, y cuando falla (y siempre va a fallar) aparecen las fobias sociales".

-¿Siempre va a fallar? Pero no debería, al menos en ciertas cuestiones. Hasta mañana, cuando trataremos precisamente sobre esto que dice Kossoy del Estado paternal y la estatización de servicios.

Candi II
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