El director de la empresa respondió a las críticas de Obeid

Alberto Gregorini: "Aguas Provinciales no chantajea, brinda buen servicio y precio"

"Que los clientes tengan por seguro que estamos produciendo al máximo", dijo

"Si somos una mala compañía, ¿qué hacen negociando con nosotros?". Con esta pregunta el director general de la empresa Aguas Provinciales, Alberto Gregorini, salió al cruce de las duras críticas que realizaron esta semana contra la firma tanto el gobernador Jorge Obeid como el intendente Miguel Lisfchitz. Obeid tildó a la concesionaria "de mala empresa" y dijo que "chantajea" a su gobierno con el aumento de tarifas. Lifschitz pidió una vez más que se municipalice el servicio. Frente a ese panorama, el directivo de Aguas hizo su descargo al asegurar que la firma "no chantajea, ofrece buen servicio y precio".

-¿Qué dice la empresa frente a los reclamos de los usuarios por la falta o baja de presión de agua potable?

-Hay que tener en cuenta las temperaturas que estamos sufriendo, y que llevamos más de una semana con marcas muy altas, con una sensación térmica de hasta 40 grados. En promedio, desde el 1º de enero estamos recibiendo por día 180 reclamos por baja presión que, frente a un universo de un millón de habitantes que servimos en Rosario, no es un porcentaje muy elevado. Si se revisa la información en el orden nacional verá que la ola de calor está poniendo al límite el suministro de agua potable en muchas ciudades. Que nuestros clientes tengan por seguro que estamos produciendo al máximo para entregar en promedio 550 litros de agua por habitante. Y en ese sentido, debemos exhortar a un uso racional del agua, para evitar mayores inconvenientes.

-Jorge Obeid dijo que el pedido de aumento de tarifa de Aguas es un chantaje.

-El gobernador habló de chantaje y el chantaje es un delito. Nosotros no cometemos delitos, en todo caso el gobernador es un funcionario público y está obligado a hacer la denuncia pertinente. Si cometimos un delito que lo denuncie en sede penal, como corresponde, y si no sería mejor que no hable.

-¿Por qué la empresa insiste en pedir un aumento de tarifas?

-La empresa habla de la necesidad de recomponer los ingresos para hacer sostenible la concesión. Cada vez cuesta más mantener la calidad de los servicios cuando los costos operativos han sufrido grandes aumentos desde el 2002 en adelante. Por ejemplo: 87% de incremento en insumos químicos, 95% en energía eléctrica, 105% en combustibles y 175% en cañerías.

-¿Aumentar la tarifa es el único camino para recomponer los ingresos de la concesión?

-No necesariamente. El 1º de diciembre pasado hicimos una presentación formal al gobierno para una readecuación contractual donde decíamos que los ingresos de la compañía debían ser recompuestos. Pero no hablamos de tarifas porque entendemos que eso repercute en el bolsillo de cada una de las personas y no todas tuvieron la misma evolución en sus ingresos en los últimos años.

-El gobierno sostiene que no va a otorgar un aumento de tarifas hasta que Aguas no realice inversiones.

-Pero entonces, ¿cuál es la vara con la que se miden los servicios públicos en Santa Fe? ¿Por qué algunos servicios pueden actualizar sus tarifas y otros no? Entonces parece que si el servicio es público, puede aumentar; pero si es privatizado, no. Incluso, hay prestadores sanitarios de la provincia, cooperativas de servicios, que han ajustado sus tarifas hasta un 60 por ciento.

-Obeid califica a Aguas de "mala empresa" y dice que es razón suficiente para no darle un aumento.

-Mientras el gobernador decía eso, su ministro de Obras Públicas, Alberto Hammerly, en esa misma semana calificó con un 6 o un 7 el nivel de prestación de la empresa cuando un periodista le pidió su opinión de 1 a 10. Entonces, ¿en qué quedamos, es buena o es mala? Sería bueno que alguna vez se comparen los servicios que brinda Aguas con cualquier prestador sanitario de la provincia y del país. Cualquier estudio serio debe tener en cuenta la calidad del producto, la prestación del servicio y el precio. Y le puedo asegurar que estamos muy bien.

-A partir de este cruce de declaraciones, ¿se cierran los caminos para seguir adelante con la renegociación del contrato?

-Nosotros siempre mostramos voluntad para avanzar en el contrato que haga sostenible la concesión e hicimos infinidad de propuestas en ese sentido desde el año 2000 en adelante, pero nunca obtuvimos respuesta de parte del concedente. Y tampoco la obtuvimos de parte de este gobierno, particularmente respecto a la última propuesta de revisión integral del contrato efectuada semanas atrás.

-¿La empresa está dispuesta a dejar la concesión después que Obeid le pidió "que se vaya"?

-Yo le he trasmitido al gobernador y también al ministro de Obras Públicas en su momento que esta es una relación en la que hay un concedente y una concesionaria. Cuando uno no quiere, dos no pueden, si el concedente no quiere que nosotros seamos la concesionaria, no hay ningún problema. Lo que tiene que hacer es invitar a la compañía a sentarse a conversar, hacer una reunión pertinente para llegar al acuerdo de cómo vamos a hacer la entrega del servicio en forma ordenada, para que no haya ninguna consecuencia para los clientes y que nosotros discutamos en los términos que tengamos que discutir como debe ser discutido. Esa es una consecuencia de lo que dice el gobernador, no es una vocación de la empresa, que quiere continuar y cumplir su contrato. Ahora, si la provincia no la tiene, en lugar de hacer declaraciones públicas, lo que yo sugiero es que nos llamen a una reunión y nos digan: "No queremos que estén acá", y nos sentamos a discutir el tema.

-O sea que la decisión al respecto está en manos del gobierno provincial.

-Por supuesto. En una relación de dos, si vamos a pensar que el concedente va a desconfiar, partamos de una base: si somos una mala compañía, ¿qué hacen negociando con nosotros? No tiene una lógica. Si nosotros no cumplimos el contrato nos tendrían que haber sancionado y ya nos tendrían que haber echado. Entonces, ¿no será que nosotros estamos cumpliendo el contrato?