Reina una tensa calma

Stefan Voss

Kiev. - Ante el palacio presidencial de Kiev reina el aburrimiento. Donde hace unas semanas miles de manifestantes se encaraban a cientos de policías, en el día previo a la nueva ronda de elecciones presidenciales sólo se ve un par de uniformados. A mediados de semana, los seguidores de Viktor Yushchenko se retiraron, después de mantener el bloqueo durante más de cuatro semanas.

En las calles de la capital ucraniana reina un optimismo tenso antes de la repetición de los comicios. Los ucranianos del este, tradicionalmente prorrusos, así como en el sur del país se sienten marginados por el movimiento popular surgido en Kiev y también consideran que les han arrebatado la victoria de su candidato favorito, Viktor Yanukovich.

¿Qué pasará si Yanukovich pierde hoy las elecciones, tal como espera la mayoría?, se preguntan muchos habitantes de Kiev en estos días. El primer ministro liberado de sus cargos había anunciado durante la campaña que tan sólo en la ciudad de Sebastopol, en la península de Crimea, 35.000 personas están dispuestas a marchar hacia Kiev. Hasta el momento sin embargo, la revolución ucraniana ha sido muy pacífica.

En la política, en los medios y en las calles de Kiev se considera a Yushchenko el favorito. Pero no hay pronósticos concretos. La ley prohíbe la publicación de sondeos las dos semanas previas a los comicios.

La ciudad de tiendas de campaña colocadas en la monumental calle de Kreshchatik ha disminuido sensiblemente. Sólo mantiene la guardia un pequeño grupo. La euforia y el entusiasmo han cedido ante una cansada rutina de campamento. Hombres jóvenes en chaquetas del ejército son la imagen más común del lugar.


Marcadas diferencias
Junto a ellos, algunos graciosos han instalado un bosque artificial de abetos navideños, un árbol por cada región de Ucrania. Muy afuera está el árbol de Donezker, adornado con bolas azules y lazos blancos, los colores de campaña de Yanukovich. Algunos habitantes de Kiev se ríen cuando pasan delante del arbolito.

Ayer, un ruido de tambores asusta a los que pasean por Kreshchatik. Una banda de música con un centenar de Papás Noel pasa por delante. "No olviden felicitarse por el Año Nuevo", se puede leer en un cartel. De este modo se recuerda la tradición soviética de olvidar las disputas del viejo año y reconciliarse. Pero no parece que los ucranianos del este y del oeste del país vayan a encontrar fácilmente la paz tras los últimos acontecimientos. (DPA)