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 domingo, 26 de diciembre de 2004  
Narciso Lezcano rescató la suma que una mujer olvidó en el híper Jumbo
Un vigilador de villa La Lata halló 14 mil pesos y los devolvió
"Nunca se me ocurrió quedarme con dinero que no me pertenece", dijo el hombre de 41 años

Pablo R. Procopio / La Capital

"Viste que no toda la gente de La Lata es mala". Marta escuchó absorta lo que Narciso relataba a La Capital. Y después remató con esa frase. En realidad, se estaba refiriendo a él, su hijo, un vigilador del hipermercado Jumbo que el pasado jueves descubrió 14 mil pesos en una cartera olvidada y los devolvió. "Mirá como son las cosas, la mujer que perdió la plata ni siquiera la contó, me dijo gracias y se fue. A mí, en cambio, me hubiera servido para construir un baño en mi casa, pero siento que no debo quedarme con lo que no me pertenece", confesó el guardia de seguridad. Su escaso sueldo apenas le alcanza para vivir con dos chiquitos y su mujer en un casilla. En la vereda de enfrente, la dueña del dinero perdido gastó aquel día tres mil pesos en compras.

Una empleada de Rincón Jumbo, el patio de comidas del híper, halló ahí una cartera abandonada. En una actitud elogiable, se la entregó a Narciso David Lezcano (41), el primer custodio que encontró por el sector. El hombre la abrió ante su presencia para que la joven observara qué había adentro. "Vimos algunos billetes, pero no parecían tantos", dijo Lezcano quien de inmediato se dirigió hacia la oficina del personal de seguridad para asentar lo sucedido en un libro de "objetos extraviados", añadió.

Una vez en el escritorio (y a solas) observó que en el interior de la cartera había en realidad un total de 14 mil pesos divididos en dos partes. "Aparte vi seis o siete tarjetas; no puede ser que alguien ande con tanta plata", pensó Lezcano. Sin embargo, jamás se le cruzó por la cabeza quedarse con el dinero ajeno.

Su próximo paso fue ir hacia la gerencia donde comentó lo ocurrido. "El mismo gerente estaba asombrado", recordó. Luego, se informó sobre el hallazgo por los altavoces pero, tras una hora de espera, nadie apareció.

Más tarde el encargado consiguió un número de teléfono correspondiente a una de las tarjetas de crédito y quien atendió el llamado aportó el celular de la propietaria de la cartera.

Una vez hecha esta segunda comunicación, se hizo presente la hija de la mujer que había perdido el dinero. Su madre aún estaba en el estacionamiento del centro comercial donde funciona el supermercado aguardando en el auto, por lo que fueron hacia allí, incluso con dos efectivos policiales.

"Era una cartera gris, chiquita, pero con ""bastante peso""", bromeó Lezcano. En rigor, casi todo el bolso estaba ocupado por el efectivo.

El guardia hace tres meses que trabaja en el súper, "desde que se inauguró", dijo. Nunca antes había cumplido esa función. "La vida me llevó a dedicarme a esto, pero eso no viene al caso" (ver aparte), se lamentó.

Lezcano es, en rigor, empleado de la empresa de seguridad El Centinela contratada, a su vez, por Jumbo.

"No es la primera vez que se pierde algo y los empleados nos avisan", dijo con referencia a la valiosa actitud de la joven que le comunicó el hecho ocurrido en el patio de comidas. "Cada vez que aparece algo me lo tienen que informar", expresó.

El vigilador se mostró sorprendido por la reacción de la dueña del dinero. "Creo que se llama Beatriz y es de Santa Fe", advirtió. "No la vi desesperada como me imaginaba, al contrario, estaba muy tranquila y casi no habló". La mujer dijo que no sabía a cuánto ascendía la suma que portaba y comentó que estaba a punto de denunciar la desaparición de las tarjetas.

"Lo que más me llamó la atención es que no contó la plata, lo único que hizo fue tocar el estuche (de una cámara fotográfica) donde había 10 mil pesos y el monedero que tenía el resto", recordó Lezcano. Tampoco le dio una recompensa.

"Era una señora rubia, de unos 54 años, que ni siquiera me dio la mano", sostuvo entre sollozos al describir a la mujer que tenía facturas de compras hechas por 3 mil pesos en el shopping. "La verdad es que esperaba otra cosa, un agradecimiento; me hubiera sentido mejor", agregó casi lagrimeando.

Así y todo, Lezcano se siente reconfortado y sonríe ante los comentarios de la gente. "Algunos te felicitan y otros te dicen que sos un boludo", concluyó.
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"Algunos te felicitan y otros te dicen que sos un boludo", reconoció Narciso en familia.

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El guardia fue futbolista en Paraguay, donde llegó a ganar 5 mil dólares al mes


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