| sábado, 18 de diciembre de 2004 | Despidió mejor un año que pintaba amargo, conquistando la Copa Sudamericana Boca siempre gana algo Obtuvo por primera vez el certamen continental y marcó la despedida de Carlos Tevez. Bolívar no fue rival Boca Juniors consumó otra conquista de un título internacional, la Copa Sudamericana, al someter a Bolívar de Bolivia por 2 a 0, resultado que le sirvió para morigerar los sinsabores que le deparó la competencia principal en todo el año 2004.
La consagración xeneize aparece como el corolario natural de una final que ofreció un notorio contraste en la jerarquía de los oponentes. Martín Palermo y Carlos Tevez -que se despidió del fútbol argentino- sellaron la victoria.
El título, además de su valor propio, fortaleció la posición del Chino Jorge Benítez, aunque igual la dirigencia no lo tendría en cuenta.
Boca, obligado por su discreta producción anual, la derrota en el partido de ida (0-1 en la altura de La Paz) y el imponente marco de la Bombonera, adoptó una actitud bien agresiva, aunque no siempre supo canalizar su vocación ofensiva a través de vías de juego prolijas y criteriosas.
Aún en este contexto, el esquema nítidamente conservador que presentó el rival y algunos aciertos individuales le permitieron a Boca concentrar el juego en los últimos metros del campo de Bolívar.
Cierta destreza de Guillermo Barros Schelotto para generar peligro sobre el sector derecho, la incesante dinámica de Guglielminpietro y algunas maniobras personales de Tevez fueron suficientes para quebrar una y otra vez a la endeble zaga boliviana.
El contraste entre ambos equipos no dio lugar a dilaciones. A los 13' se concretó la apertura del marcador cuando Palermo, con un cabezazo, concluyó exitosamente un centro lanzado desde la derecha por Guglielminpietro.
El rubio delantero de Boca alcanzó, con esa conquista que llevó tranquilidad a la parcialidad local, el centenar de goles en el equipo xeneize.
Bolívar no tuvo capacidad de reacción. Desbordado, sintió el impacto de la segunda conquista. Fue una certera definición de Tevez luego de ser habilitado por Barros Schelotto, que supo capitalizar los enormes espacios que cedió la defensa.
Sobre el final de la primera etapa, Tevez, aprovechando espacios inesperados para un partido de jerarquía internacional, enredó al arquero Machaco con su gambeta, pero fracasó en su intento de convertir.
Acaso como decantación natural de lo sucedido en el primer tiempo, el complemento empezó con otro ritmo. Boca, sin apuro, eligió administrar y aumentar la circulación de la pelota. Bolívar, quizá como mero reflejo y condicionado por sus ostensibles limitaciones, se adelantó en el terreno.
Los bolivianos (alentados por casi cinco mil compatriotas que se ubicaron en la tercera bandeja), entonces, lograron en ese tramo su mejor oportunidad en el encuentro. Un remate de Rubén Tufiño a los 21' se estrelló en el travesaño.
Sin embargo, no hubo margen para un final con dientes apretados. Pero sí para la unánime ovación que la parcialidad de Boca le ofrendó a Carlos Tevez cuando se despidió a los 31', momento en que lo reemplazó el colombiano Fabián Vargas.
El final fue puro éxtasis en las tribunas, pobladas con una multitud que, al grito de campeón, reclamó la continuidad de Benítez. El título puede reportarle a Boca, además, la posibilidad de retornar a Tokio si la Fifa confirma un duelo con el campeón europeo de la Copa Uefa. enviar nota por e-mail | | Fotos | | |