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 miércoles, 15 de diciembre de 2004  
El entorno del enfermo mental puede colaborar en su educación
Una asociación propuso en Rosario alternativas para el trabajo en esquizofrenia

María Laura Favarel / La Capital

La Asociación Argentina de Ayuda a la Persona que Padece Esquizofrenia y su Familia (Apef) propone que el tratamiento de un enfermo mental no esté sólo en manos de los profesionales y en cambio alientan a los familiares a ser "socios" en el tratamiento. La herramienta a utilizar en este caso es la psicoeducación, una línea de trabajo impulsada por la Asociación Internacional de Familiares con Esquizofrenia de Estados Unidos, que enseña a tratar al enfermo, relacionarse con él, indica formas de actuar en casos de violencia y cuándo es conveniente la internación. Apef trajo la idea al país a través de reuniones informativas con profesionales y grupos de autoayuda. La propuesta llegó recientemente a Rosario de la mano de la Asociación Civil Esquizofrenia y Bipolares (Aeyb).

Apef trabaja con la psicoeducación en Argentina desde hace 10 años. Por su trabajo recibió un premio de la Fundación Contener. El reconocimiento consiste en un subsidio que les posibilita dar a conocer esta modalidad de trabajo con la familia. La presidenta de Apef, Diana Trumper, conversó con La Capital en oportunidad de las primeras jornadas sobre el tema realizadas en la ciudad. "La psicoeducación se basa en una línea conductista, cognitiva y humanista. Se trata de bajar el nivel de las emociones en el hogar porque esto es lo que necesita una persona que padece esquizofrenia o trastorno bipolar".


Serenidad recomendada
Los enfermos mentales tienen un cerebro vulnerable al estrés y a lo emocional. Por eso, en un ambiente donde hay ruidos, música fuerte, discusiones y violencia aumentan los síntomas aunque esté bien medicado.

Trumper, madre de cinco hijos (uno de ellos con esquizofrenia), comentó que si bien es psicóloga social, cuando se presentó la enfermedad de su hijo no supo qué hacer. Descubrió la psicoeducación y se capacitó en Estados Unidos. "Lo primero que los padres tendrían que hacer es aprender todo sobre la enfermedad de su hijo, cuáles son los síntomas y cómo se manifiesta la enfermedad. De esta manera se puede colaborar en el tratamiento", subrayó. Esta actitud hace que pueda colaborar con el profesional porque éste observa al paciente sólo en la consulta y no está al tanto de todos los síntomas.

Además de la calma en el hogar, Trumper recomendó "no criticarlo a él ni a nadie porque esto lo pone muy mal". En su experiencia dijo que en caso de querer discutir algo, "lo hacemos en el bar de las esquina".


Ternura y amor
Otra forma de ayuda de los familiares a la persona con esquizofrenia es brindarle ternura, "porque el amor no basta", aconsejó. "La ternura no pasa por las palabras, pero sí por el tono de voz. Se manifiesta más en el hacer que en el decir".

Trumper recomendó a los padres que no cargoseen a sus hijos, sino que vean cómo están cada día. "Lo saludamos y si responde de una manera nos daremos cuenta de cómo debemos actuar, pero nunca hay que dejar de saludarlo. Si nos contesta mal aceptarlo y si aparece un delirio habrá que respetarlo". En este sentido, señaló que la actitud de los padres debe ser de respeto porque "si se oponen al delirio se enraizará aún más, en cambio, si no se insiste, el delirio desaparece siempre y cuando esté medicado".

"Cuando aparece una alucinación habrá que ver cuánto le dura y en qué consiste. La conducta o las defensas que implemente darán pautas de lo que le está pasando. También, cuando surgen síntomas negativos como el retraimiento, el aplacamiento afectivo, o el aislamiento, habrá que comprender que no puede expresar los sentimientos", recomendó Trumper. "Hay que tener paciencia, respetarlo si necesita estar en la cama, no enojarnos o tratar de estimularlo, porque esto despertará el síntoma", remarcó.

Por su parte, aconsejó a los padres recibir contención y descargarse en los grupos de autoayuda y en la terapia individual.

Destinada a capacitar en psicoeducación, Apef organiza dos encuentros mensuales. Uno mediante una conferencia a cargo de profesionales y otro es la reunión del grupo de autoayuda.


Detectarla a tiempo
La psicoeducación también apunta a que detectar a tiempo la enfermedad. Trumper explicó al respecto que los primeros síntomas se pueden reconocer en la niñez. "Sugerí a los padres que iniciaran la psicoeducación y modificaran la crianza de la niña. Hoy tiene 15 años y no tiene problemas. Es importante considerar que si existen antecedentes familiares habrá que tener especial cuidado".
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