Argentina y Chile buscan la distensión tras el entredicho

Ambos gobiernos advirtieron que nose alterarán las relaciones bilaterales

Los gobiernos de Argentina y Chile enviaron ayer las primeras señales de distensión luego del entredicho generado por un artículo del canciller trasandino, Ignacio Walker, y advirtieron que no se alterarán las relaciones bilaterales.

El Ejecutivo argentino, a través del ministro del Interior, Aníbal Fernández, definió que las relaciones con Chile "siguen siendo excelentes" y que no tienen "por qué variar por circunstancias", mientras que Walker ensayó una nueva disculpa pública.

"Puede haber circunstancias nada más, pero las relaciones no van a variar", destacó el ministro del Interior al bajar el tono en el conflicto abierto por un artículo que había publicado Walker en el diario chileno El Mercurio, con críticas hacia el justicialismo, al que le endilgó características "fascistoides" y "rasgos autoritarios".


El viaje
Fernández negó en tanto que el gobierno argentino pueda solicitar una rectificación del nombramiento del flamante canciller porque "no pueden cuestionarse las designaciones de funcionarios de otros países" y dejó abierta la posibilidad de que el presidente Néstor Kirchner viaje a Santiago de Chile.

"Todavía hay tiempo para confirmar el viaje del presidente Kirchner", apuntó el ministro del Interior, aunque fuentes de la Cancillería argentina destacaron que esa visita -que se estimaba para fines de noviembre- nunca tuvo fecha firme.

En tanto, el asesor de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur Eduardo Amadeo sostuvo que si bien "a nadie le gustan" en el peronismo las opiniones vertidas por Walker, "las relaciones entre los países van más allá de esos episodios".

En tanto, Walker sumó ayer expresiones en la búsqueda de bajar el tono a la polémica, al señalar que su país tiene con la Argentina una relación "estratégica", pidió "no politizar" el tema y expresó su "pleno respeto a las instituciones y al gobierno" argentino.

Las declaraciones de Walker fueron publicadas en la edición de ayer del diario chileno El Mercurio, y se sumaron a los dichos del embajador de Chile en Buenos Aires, Luis Maira, quien se pronunció por "restañar las heridas y normalizar la situación".


Exigencia amistosa
Maira, de todos modos, marcó un límite sobre la actitud que debería adoptar su país frente al gobierno argentino al sostener que "la idea de una retractación sería excesiva y no se podría incluir en una exigencia amistosa en un país con el que se tienen buenas relaciones".

El representante chileno en Buenos Aires se encargó de señalar que, en tanto, se encuentra en "stand by, en compás de espera por la Cancillería argentina" la visita de Kirchner a Santiago, aunque admitió que "nunca se formalizó el plazo".

También se sumó al capítulo de ayer el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Chile, Sergio Romero, quien evaluó que "una tormenta en un vaso de agua no puede enturbiar las relaciones".