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 miércoles, 06 de octubre de 2004

Alegatos en el juicio por la muerte de Ezequiel Demonty
Pidieron perpetua para los nueve policías acusados de un crimen
Fiscalía y querella coincidieron en la solicitud de penas pero no en las imputaciones

Buenos Aires.- El fiscal Luis Misculín requirió penas de reclusión y prisión perpetua para 9 oficiales y suboficiales de la Policía Federal por el "secuestro seguido de muerte" del joven Ezequiel Demonty, quien se ahogó al ser obligado a arrojarse al Riachuelo, y sostuvo que cometieron también "tentativa" de homicidio contra otros dos jóvenes. En tanto, la madre de Ezequiel, Dolores Sigampa, pidió como querellante a través del abogado José Vera, reclusión perpetua e inhabilitación absoluta para ocho de los oficiales y suboficiales procesados y prisión perpetua para el suboficial Luis Funes, por considerarlos coautores del delito de torturas seguida de muerte.

El fiscal Misculín consideró que "todos los imputados", por actividad o inactividad, son coautores del hecho que tuvo como víctima a Demonty, quien murió por "asfixia por sumersión" en el Riachuelo, y a Julio Ismael Paz y a Claudio Maciel, que lograron sobrevivir a las aguas del río.

El funcionario analizó, sin embargo, que "las conductas más disvaliosas" fueron las de los oficiales Gabriel Barrionuevo, Gastón Somohano y el suboficial Alfredo Fornasari, para quienes reclamó "reclusión perpetua con inhabilitación absoluta". Mientras que para los suboficiales Luis Funes, Luis Gutiérrez, Sandro Granados, Maximiliano Pata, Jorge Solís y José Martínez pidió "prisión perpetua" e inhabilitación.

El fiscal, como antes lo había hecho la querella a través del abogado Vera, dijo que estaba acreditado que los jóvenes fueron detenidos durante un procedimiento ilegal y obligados a ir hasta el Riachuelo en patrulleros. "Todos (los procesados) participaron y sabían cuáles eran los destinos" y "cada uno de ellos quiso explicar lo inexplicable", dijo el fiscal, quien remarcó que los policías debían actuar como garantes de las víctimas y "no lo hicieron".

En tanto, los términos más duros del alegato de la querella también fueron para el subinspector Somohano: "Comandó a esta banda de torturadores", dijo Vera.En su reconstrucción del episodio, el abogado de la querella reseñó que la madrugada del 14 de septiembre de 2002 Demonty, Maciel y Paz, fueron detenidos ilegalmente y, luego de ser golpeados por los acusados, fueron trasladados hasta el Riachuelo, en la zona de Pompeya. Allí recibieron golpes de puño y con las armas que portaban los policías. Después fueron Somohano y Fornasari quienes, "a punta de pistola", obligaron a Demonty y a sus amigos a arrojarse al agua.

El letrado recordó el informe del Cuerpo Médico Forense según el cual Demonty murió por "asfixia por sumersión" y que "luchó unos 10 minutos" para salvarse, antes de hundirse hasta el lecho del río.

Demonty fue hallado siete días después, el 21 de septiembre de 2002, por efectivos de la Prefectura Naval Argentina, momento hasta el que, de acuerdo al alegato de la querella, "duró la confabulación (de los policías) para asegurar la impunidad".

A lo largo de las audiencias, Funes, Gutiérrez y varios testigos, entre ellos los dos sobrevivientes y un oficial de la comisaría 34, lo sindicaron a Somohano como el autor de la frase "ahora vas a aprender a nadar" o "aprendieron a nadar", que le habría dirigido a Demonty y a los otros jóvenes, antes de obligarlos a entrar al río. (Télam)

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Días antes de los alegatos, las partes hicieron una inspección en el lugar del crimen.

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